Así es el Dr Peyo, el famoso caballo que "detecta el cáncer"
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Sorpréndete con la conmovedora historia del Dr Peyo, el caballo que "detecta" el cáncer y visita a sus pacientes en Francia (FOTOS y VIDEO)

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¿Conoces a Peyo? Es un doctor afamado que nunca ha pisado una universidad. Cuenta con el reconocimiento de profesionales de la medicina que le abren las puertas de unidades de cuidados paliativos en Calais, Francia, donde aseguran que "detecta" el cáncer. Hoy sabrás cómo ayuda a sus pacientes. El Doctor Peyo es un caballo atípico. […]

La relación de Marion con el Dr Peyo es recordada por los médicos de esta unidad en Calais, Francia. La mujer, madre de 2 niños, murió en diciembre de 2020. “Te deseamos los más dulces abrazos con los caballos del paraíso”, dijeron. Foto: Instagram @docteur_peyo
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¿Conoces a Peyo? Es un doctor afamado que nunca ha pisado una universidad. Cuenta con el reconocimiento de profesionales de la medicina que le abren las puertas de unidades de cuidados paliativos en Calais, Francia, donde aseguran que "detecta" el cáncer. Hoy sabrás cómo ayuda a sus pacientes.

El Doctor Peyo es un caballo atípico. Sí, un caballo que, según su dueño, no le gustaba que lo acariciaran sino que él mismo se acercaba a las personas que veía muy enfermas.

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Fue dos veces campeón en Francia y la nueva faceta lo hizo más popular. Por eso, médicos lo llevaron a una unidad de cuidados paliativos y él mismo se dirigía a las habitaciones de quienes más sufrían. Tras compartir un rato, los pacientes decían que les disminuía el dolor.

Sus visitas a enfermos continúan y conmovedoras imágenes y videos quedan como recuerdos imborrables en la cuenta Instagram @docteur_peyo.

El don especial del Doctor Peyo

Desde República Dominicana, el doctor Humberto Brito Leclerc, expone  que “según contó Hassen Bouchakour, su entrenador, el animal había sido preparado para eventos ecuestres, pero tiempo después se dio cuenta de que el caballo tenía una vocación diferente a la del resto de los animales: se acercaba las multitudes y elegía a algunas personas con las que le gustaba quedarse mucho tiempo”.

Con el tiempo, su cuidador entendió que el caballo siempre elegía a personas que estaban moral, física y psicológicamente debilitadas.

“Así, decidió acercarse a especialistas, como clínicas veterinarias, pero también neurólogos, psicólogos, psiquiatras y diversos médicos para tratar de comprender al caballo. Ellos le hicieron entender que Peyo tenía el don especial de identificar instintivamente las personas que necesitan un poco de amor en los últimos minutos de su vida o si pasaban por un momento difícil.

Peyo visita a sus pacientes todos los días, aliviándoles el dolor y haciéndolos sentir mucho mejor”.

Peyo hace guardias

El equipo sanitario y científico observa habitualmente en Peyo comportamientos muy específicos y, en ocasiones, incluso irracionales, describen en Instagram.

Por ejemplo, “hace guardia”. Lo notan cuando Peyo siente pasión por un ser humano y empiezan a pasar mucho tiempo juntos.

Peyo bloquea la entrada de la habitación con un aire amenazante (orejas tumbadas y rechinar de dientes) impidiendo que todas las personas accedan a la cama del paciente protegido.

Cómo trabaja el Doctor Peyo

Explican a través del Instagram que el trabajo de detección se realiza “con total libertad bajo la atenta mirada de la ciencia”.

Peyo solo tiene que caminar varias veces por el pasillo principal, oliendo y oliendo las manos de sus colegas humanos para encontrar un olor y luego encontrar solo al paciente que le interesa.

Tarda de 10 a 30 minutos en descubrir el entorno, oler un aroma, garantizar la calma y la seguridad en los pasillos, luego camina hacia las puertas de las habitaciones que resuenan en él y despiertan su instinto.

Al igual que los perros rastreadores, "le pedimos a Peyo que marque las habitaciones donde el estado del paciente le parece más preocupante, lo que a veces da una indicación adicional a los equipos humanos".

En 6 años, nunca nos hemos encontrado con un problema que dependa únicamente del instinto. Por naturaleza, Peyo nunca se interesa ni señala a alguien que envíe fuertes señales de miedo o agresión. También ocurre que Peyo marca una habitación sin entrar en contacto con la persona, prefiriendo observarlo desde el ojo de buey de la puerta.

Cuanto más se encuentra el paciente niño o adulto en una situación de angustia o fragilidad, más se interesa Peyo en este último.

Este caso deja sorprendida a la ciencia. Peyo es solidario hasta el final. Despide a quienes parten físicamente. Mira estas imágenes y reflexiona sobre este acto de amor.

(E)

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