¿Qué es el amor propio? Con estas cinco prácticas puedes comenzar a cultivar ese sentimiento de aceptarte tal y cómo eres

“Debes tener amor propio”. ¿Cuántas veces has escuchado esa frase? Mucho se habla del tema, pero pocos entienden la magnitud de esa práctica que va más allá de decir que “te quieres a ti misma” y que comprende pequeñas acciones que haces por ti todos los días.

Según la Universidad del Rosario, el amor se puede definir como “la aceptación de los sentimientos que tenemos por nosotros mismos, hacia nuestro físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamientos”. Esto significa aceptarnos tal y cómo somos, sin juzgarnos ni recriminarnos.

Pasos para cultivar el amor propio

1. Cuida tu salud mental

Cuidar tu salud mental es preferir todo aquello que traiga paz a tu mente. Pero antes, claro está, comienza a detectar cuáles son las situaciones y personas que te quitan la paz y por qué. Esto te ayudará a sanar tus heridas emocionales, temores, creencias limitantes y juicios. Prueba con alguna terapia de la nueva era, medita o simplemente respira profundo. Es liberador.

2. Observa tu salud física

Come sano y delicioso. Practica algún deporte o actividad física que realmente te agrade, camina, baila, ríe. Dedica tiempo para tus rutinas de belleza o simplemente para darte un baño largo y reconfortante. Escucha la música que te gusta, consiéntete y compréndete como quisieras que lo hicieran los demás.

3. Primero tú y después tú

Hacer cosas para los demás es gratificante, imagina lo maravillosos que es hacerlo para ti misma. Dale prioridad a tu bienestar, por el simple hecho de que no puedes dar lo que no tienes. Cómprate lo que quieres y no lo que necesitas, cultiva tu abundancia para que puedas ofrecerla al mundo.

4. Cultívate

Así como las plantas, el amor propio florece todos los días. Cultívate en todos los sentidos, aprende algo nuevo, elige un pasatiempo, atrévete a hacer eso que tienes tiempo posponiendo y asume que todo lo que te pides es importante.

5. Sé compasiva contigo

Si ves algo en ti que te desagrade, no te recrimines. Recuerda que eres mucho más que esos kilos adicionales, que el aspecto de tu cabello, que tus manchas, cicatrices y arrugas. Y algo muy importante, date el permiso de equivocarte, de fallar, de ser vulnerable y de ser imperfecta. (E)

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