Daniel Camargo, el primer asesino serial en Ecuador: Mató a 71 mujeres y su madrastra lo obligó a vestirse de mujer cuando era niño
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Daniel Camargo, el primer asesino serial en Ecuador: Confesó que mató a 71 mujeres en 14 meses, tenía un alto coeficiente intelectual y de niño su madrastra lo obligaba a vestirse de mujer

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Daniel Camargo fue el primer asesino y violador serial del que hay registros en Ecuador. Mató y abusó entre 1969 y 1986 a al menos 200 niñas y mujeres en dos países, pero confesó el asesinato únicamente de 71 de ellas. Publicidad Sus crímenes empezaron en su natal Colombia por lo que fue condenado a […]

Daniel Camargo confesó haber violado y asesinado a 71 mujeres y niñas en Ecuador. Foto: Archivo / El Universo.
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Daniel Camargo fue el primer asesino y violador serial del que hay registros en Ecuador.

Mató y abusó entre 1969 y 1986 a al menos 200 niñas y mujeres en dos países, pero confesó el asesinato únicamente de 71 de ellas.

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Sus crímenes empezaron en su natal Colombia por lo que fue condenado a prisión en la isla de Gorgona en el Pacífico, de donde huyó 10 años después en un increíble escape que lo trajo a Ecuador en 1984.

En Guayaquil, con una biblia en la mano inició con los asesinatos seriales.

Esta es la historia del primer asesino serial que operó en Ecuador hace 37 años: 

Daniel Camargo nació el 22 de enero de 1930 en Cundinamarca, Colombia, en una familia de clase media. Su madre falleció cuando él tenía 1 año de vida.

Más tarde su padre se casó con una mujer que obligaba a Camargo a vestirse como niña, incluso para ir a la escuela.

"Lo que estaba tratando era de convertirme en una mujer. Puede ser que no me odiara, puede ser que me amara, pero no me podía amar como un niño”, relató años más tarde Camargo a El País.

Él dijo que eso "determinó" su conducta.

"Sus acercamientos con el amor, con la sexualidad, es trastornado", explica el antropólogo colombiano Esteban Cruz, para El Tiempo. Detalla que Camargo intentó violar a una de sus hermanas y por eso lo enviaron a estudiar a Bogotá.

De allí se desconoce de su vida hasta 1960, cuando se casa con una mujer con la que tuvo dos hijos.

Esta primera esposa lo engañó, aunque hay quienes dicen que él la dejó para irse con una joven de 28 años. Esta segunda pareja no era virgen y Camargo la manipuló para que le consiga chicas sin experiencia sexual a las que él, con engaños y tras drogarlas, abusaba sexualmente.

Los crímenes mortales llegaron después, cuando salió de la cárcel tras cumplir una condena por violación. Los cuerpos de las víctimas eran dejados en manglares o charcos, de allí uno de sus alias: El sádico del charquito.

Por estos crímenes es sentenciado en 1977 a 30 años de cárcel en la isla penitenciaria de Gorgona en el Pacífico colombiano de donde nadie había escapado. 10 años después se las ingenió para huir. 

En Colombia lo dieron por muerto y aunque su escape es un misterio, luego apareció en Ecuador. 

Camargo llega a Ecuador y en 14 meses asesina a 71 mujeres

Daniel Camargo llegó a Ecuador el 5 de diciembre de 1984. Estando en un país en el que no tenía antecedentes penales, volvió a violar y a asesinar. Llegó a Guayaquil; allí creó una especie de cementerio personal en donde, según el antropólogo Esteban Cruz, enterró a 120 mujeres.

Los primeros cadáveres aparecieron entre diciembre de 1984 y febrero de 1986. El país entró en conmoción. Gobernaba Febres Cordero y en el periódico aparecían recomendaciones del Servicio de Investigación Criminal (SIC) que sugería a las jóvenes -según reseña El Universo- “vestir con recato para disminuir la tentación de raptos y violaciones”.

De acuerdo con El Universo, en Colinas de los Ceibos, que en ese entonces era un bosque, y a lo largo de la vía a Daule, desde el kilómetro 8 al 24, se hallaron cuerpos estrangulados y con cortes; algunos en descomposición o sin piel y había osamentas dispersas.

Su primera víctima fue una niña de 9 años en Quevedo.

Así era el modus operandi de Daniel Camargo en Ecuador

Engañaba a jóvenes de clase baja que no advertían del peligro que representaba este hombre de mediana estatura, acabado y de voz pausada que sostenía siempre una biblia.

A algunas las interceptaba en el centro de Guayaquil y les decía que necesitaba ayuda para llegar a una zona alejada de la ciudad, en la vía a Daule, un parque o en la Ferroviaria, para entregarle un dinero a un pastor.

Cuando las mujeres accedían a ayudarlo las llevaba a áreas apartadas y luego las trataba de convencer de tener relaciones sexuales y finalmente las violaba y asesinaba.

En eso coinciden varios testimonios que recogió El Universo en el 2015 de mujeres que se salvaron de ser víctimas de Camargo.

“Él a las chiquitas las engañaba mostrándoles la biblia, les decía: ‘Quiero que entiendas que soy una persona sana, tranquila’”, explica uno de los policías que lo detuvo y que ofreció su testimonio a Infobae.

Eso demuestra que Camargo tenía una gran capacidad de convencimiento.

"El homicidio juega un papel importante en su esquema psicológico (…) en su baja educación y gran habilidad de manipulación y la capacidad que tenía para ganarse la confianza de los menores. (Eso) es una parte fundamental de los psicópatas", explicó para El Tiempo el especialista en Ciencias Forenses, Luis Jiménez.

daniel camargo

Daniel Camargo llegó a Ecuador en diciembre de 1984, tras fugarse de una isla penitenciaria. Foto: Archivo/El Universo.

Camargo había logrado despistar a las autoridades, pues no dejaba rastros de sus atroces crímenes, que se atribuyeron inicialmente a una banda. Nadie se imaginaba que un solo hombre de 1.65 metros de altura estaba detrás de los asesinatos.

Así descubrieron a Daniel Camargo

Fue detenido en Quito el 26 de febrero de 1986 cuando llevaba una maleta con ropa manchada con la sangre de Elizabeth Telpes, una niña de 8 años.

Fue su sucio aspecto lo que alertó a las autoridades que hasta ese momento no tenían certeza de quién se trataba, pues dio otro nombre al momento de su detención. Hay quienes afirman que fue capturado de casualidad, otros que fue parte de un operativo de la Interpol.

Guayaquil, 25 de marzo de 1986. Daniel Camargo B. señala el lugar en que abandonó el cuerpo de una de sus víctimas. Foto: Archivo / El Universo.

20 horas después de su captura reveló su identidad, afirma el psiquiatra Óscar Bonilla quien habló con él, según detalla en entrevista para El Universo.

"Había que decirle diez y hasta quince veces la pregunta de diferentes maneras para que él responda. Fue un caso único en la criminología del país", recuerda Bonilla.

En cambio, Jorge Obando, teniente de la Policía Nacional en servicio pasivo en una carta a El Universo en el 2015, sostiene que se logró identificarlo gracias a la ayuda de la Policía de Colombia.

"Los interrogatorios descubrieron a una persona con una inteligencia superior a la normal, las pruebas dieron un coeficiente de 116, y una cultura insólita en un ser marginal, sin vivienda fija", recogía El País en 1988.

La investigación estuvo a cargo del subteniente Edmundo Mera.

Obando cuenta que Camargo había huido a la capital porque la Policía lo había identificado y le seguía la pista.

Recordó que en las primeras declaraciones, Camargo reveló donde estaban los cuerpos de 35 mujeres, y luego argumentó que "no había matado a más y que daba lo mismo, que lo mismo era matar a una o cien; pues la pena era la misma".

Daniel Camargo recibe la condena máxima por los 71 crímenes que confesó

Daniel Camargo Barbosa (c) reveló a las autoridades uno de los sitios en donde dejó los cuerpos de las víctimas. Foto: Archivo / El Universo.

En 1988 Camargo recibió, a los 58 años, la pena máxima de cárcel que existía en ese entonces en Ecuador: 16 años (hoy es de 40).

Dos años antes confesó ser el autor de 71 asesinatos e incluso "ayudó" a las autoridades y las llevó hasta donde enterró los cuerpos.  Más tarde fue trasladado de Guayaquil al antiguo penal García Moreno en Quito, en donde compartió patio con Pedro Alonso López, conocido como “el monstruo de los Andes”, otro asesino serial que operó en Ecuador.

El juez encargado del caso, Édgar Salazar, contó en el 2015, 30 años después, que en todos los juzgados había un caso de Camargo.

A él le dieron uno, pero cuando se dio cuenta de que estaba ante un asesino serial reunió las denuncias que estaban en juzgados del Guayas, El Oro, Los Ríos y Azuay.

“Había una conmoción en toda la ciudad y el país, de diez escuelas nocturnas nueve habían cerrado clases”, recuerda.

Cuenta que Camargo estaba en una especie de taller mecánico dentro de la cárcel, que tenía un gato que domesticó al punto de que cuando le llevaban comida el animal la probaba antes que él para descartar que esta estuviese envenenada.

Relata Salazar que un lunes se acercó a la penitenciaria a hablar con Camargo y este le dijo que le diría toda la verdad. "Comenzó a narrar con una memoria muy espectacular, muy despierta", recuerda.

Señala el exjuez que dio incluso detalles de cómo asesinó a sus víctimas y que le pidió un único favor: que lo cambie de cárcel porque según él mismo "no merecía la muerte".

Bonilla, el psiquiatra, cuenta en cambio que en el juicio Camargo dijo que ‘quien debería estar aquí, en el sillón de los acusados, no soy yo, sino mi madrastra, porque ella me produjo la mayor parte de traumas’.

Así murió Camargo

Camargo no cumplió con su condena. Murió asesinado en la cárcel de Quito por un sobrino de una de sus víctimas el 13 de noviembre de 1994.

Sus restos están en una fosa común en el cementerio de El Batán, en la capital, muy cerca de donde fue capturado.(I)

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