Retorno trabajo presencial: estos son sus beneficios
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Ecuador

¿Es importante el retorno al trabajo presencial para la reactivación económica del país?: Estas son las razones para volver y las condiciones para no hacerlo

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Desde el 1 de julio del 2021, los trabajadores que han sido vacunados en Ecuador retornaron al trabajo presencial en el sector público y privado. El plan contempla a los ciudadanos que recibieron las dos dosis y que han tenido catorce días tras el proceso de inmunización. Además, Patricio Donoso ministro de Trabajo, indicó que […]

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Desde el 1 de julio del 2021, los trabajadores que han sido vacunados en Ecuador retornaron al trabajo presencial en el sector público y privado. El plan contempla a los ciudadanos que recibieron las dos dosis y que han tenido catorce días tras el proceso de inmunización.

Además, Patricio Donoso ministro de Trabajo, indicó que el 16 de julio se presentarán datos del plan para que el ministerio de Salud evalúe y elabore los pasos a seguir para el retorno al trabajo progresivo del sector productivo. Donoso también exhortó a la población a vacunarse.

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Pero, ¿porqué es importante retornar al trabajo presencial?

Según RRHH Digital el trabajo en sitio tiene los siguientes beneficios:

El contacto humano mejora la productividad.

El ser humano es un ser social, y privarle de esta faceta en el entorno laboral puede tener efectos psicológicos adversos. Según una investigación de CTrip, sus trabajadores reportaron sentirse aislados, solos e incluso deprimidos trabajando desde sus casas.

Las oficinas están diseñadas para mejorar la concentración.

La mayoría de los hogares no están diseñados para trabajar. No cuentan con espacio suficiente, o con infraestructura adecuada. Además la concentración ante las obligaciones del hogar disminuye la capacidad operativa del trabajador.

Es bueno para la salud emocional diferenciar casa versus la oficina.

A pesar de que el teletrabajo se ha consolidado como una alternativa necesaria durante el confinamiento, la modalidad plantea una serie de retos en la salud mental. Según un estudio de LinkedIn, un 62% de los encuestados manifiesta sentir más ansiedad y estrés cuando trabajan desde casa. El problema se agrava en aquellos que tienen hijos y que durante el confinamiento han tenido que compaginar vida laboral y familiar.

Mejora de las comunicaciones entre equipos de trabajo.

La tecnología ha sido la gran aliada de las empresas y trabajadores durante el confinamiento. Videollamadas, chats o conferencias online han ayudado a los equipos a comunicarse de forma eficiente. No obstante, las reuniones presenciales de los equipos, cara a cara son más cercanas. Nos permiten hacer uso de la presencia, el lenguaje corporal o la escucha activa; además, permiten tratar temas off the record más allá de la propia reunión.

Menor riesgo de procrastinación en la oficina.

Uno de los grandes enemigos del teletrabajo es la procrastinación. Durante los meses que se ha trasladado el trabajo a los hogares, muchos trabajadores han visto incrementado el número de distracciones: desde poner una lavadora, hasta poner un ratito Netflix en horas de trabajo.

Además, dejamos la lista de condiciones por las que un trabajador no está obligado a retornar al trabajo presencial. Esta guía fue elaborada por el Ministerio de Trabajo de Ecuador:

1. Personas mayores de 65 años.
2. Personas con enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT): Hipertensión arterial no controlada: hipertensión refractaria y crisis hipertensivas.
3. Personas con enfermedades cardiovasculares (insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria, valvulopatías, arritmias, miocardiopatías, hipertensión pulmonar).
4. Personas con enfermedades cerebrovasculares.
5. Discapacidad del 50% o más debidamente acreditada a través de un carné del CONADIS o del Ministerio de Salud Pública del Ecuador que pueda verse agravada por la COVID-19.
6. Mujeres en estado de gestación y en periodo de lactancia.
7. Todo tipo de malformaciones congénitas del corazón y todo tipo de valvulopatías cardíacas.
8. Pacientes oncológicos y oncohematológicos con diagnóstico reciente o enfermedad activa (menos de 1 año desde el diagnóstico, tratamiento actual o haber recibido tratamiento inmunosupresor en los últimos 12 meses, enfermedad
en recaída o no controlada).
9. Tumor cerebral en cualquier estado y de cualquier tipo.
10. Insuficiencia renal crónica (incluido personas en diálisis)
11. Cirrosis.
12. Trasplante de órganos sólidos y en lista de espera para trasplante.
13. Secuelas de quemaduras graves.
14. Malformaciones arterio venosas cerebrales.
15. Síndrome de Klippel Trenaunay.
16. Aneurisma tóraco-abdominal.
17. Personas que padezcan de VIH y que se encuentre en etapa terminal

18. Personas que padezcan de tuberculosis pulmonar, tuberculosis activas (casos nuevos o recaída, diagnosticados en los últimos 12 meses).
19. Otros factores de riesgo relacionados a la salud, como obesidad severa (mayor a IMC 35) y también asma crónica.
20. Las personas que tengan bajo su cuidado a una persona con alguna de las condiciones mencionadas en los numerales anteriores.

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