Ecuador
Como en el "Arca de Noé" los animales salvajes huérfanos y enfermos tienen un hogar seguro en Panamá (FOTOS Y VIDEO)
Osos perezosos, ocelotes, ardillas, monos y zarigüeyas, entre otros animales, descansan rodeados de paz en un albergue en el frondoso bosque húmedo de Gamboa, en Panamá, tras ser rescatados del tráfico ilegal o de accidentes y mientras esperan ser reinsertados a su hábitat natural.
Son especímenes huérfanos, enfermos o heridos que han sido acogidos por el personal de la Asociación Panamericana para la Conservación (APPC), una organización panameña sin fines de lucro dedicada a recibir y rehabilitar la fauna silvestre del país centroamericano.
"Atendemos animales que necesiten algún tipo de rehabilitación con el objetivo de devolverlos al bosque tan pronto sea posible", cuenta a Efe el director ejecutivo de la APPC, Néstor Correa.
La mayoría de los animales que llegan a las instalaciones son perezosos, en "más del 30 %, los segundos son casos con aves, como búhos, y ardillas que se caen de los nidos, y ahora nos están llegando las zarigüeyas o puercospines", explica Correa.
Conformados por un equipo multidisplinario, los miembros de la APPC sanan y vigilan a la fauna silvestre de Panamá, cada vez más amenazada por las altas velocidades de los conductores y acechados por el tráfico ilegal. Los animales son trasladados a espacios adecuados para brindarles atención hasta que obtengan las capacidades para sobrevivir en la selva: entre ellos está una joven ocelote, un tipo de felino que habita principalmente en los bosques tropicales de América, sin sus colmillos que le fueron arrancados para su venta.
Las especies pequeñas, de fácil transporte, como aves o mamíferos son las más afectadas en ese movimiento irregular, que tiene como destino final quedarse en el país "para colecciones particulares" y exportar al extranjero.
Uno de los futuros proyectos que APPC y Fundación Natura esperan arrancar para contribuir a frenar las muertes de animales en las carreteras por atropellos es la creación de pasos aéreos colindantes con las vías que atraviesan zonas boscosas.
Para los animales terrestres, por ejemplo, están planteando "poner señales de advertencia" y "más adelante detectores de movimiento que advierten al conductor que hay un animal por el área", como ya se ha hecho en otros países.
(I)
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