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Se manchó con sangre, se hizo la muerta y vivió para contarlo: El dramático relato de Miah Cerrillo, la niña que vio la masacre de la escuela de Texas

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Miah Cerrillo solo tiene 11 años y es una de las sobrevivientes de la masacre en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, donde vio cómo Salvador Ramos, de 18 años, asesinó a sus compañeros de clase y dos maestras.

En una entrevista tras cámaras, la niña contó a CNN qué pasó la mañana de ese martes 24 de mayo de 2022 en el salón de clases donde junto a otros estudiantes veía la película "Lilo y Stitch".

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Era el aula de las maestras Eva Mireles e Irma García, quienes murieron en el ataque que dejó además 19 niños asesinados.

Foto: AFP / Michael M. Santiago/Getty Images

Por temor a que Ramos la matara, la niña relató al programa "New Day" de CNN que se untó en su cuerpo la sangre de una de las víctimas, para fingir que estaba muerta.

Miah Cerrillo contó qué dijo el atacante antes de disparar a una de las maestras

La menor narró que todo ocurrió muy rápido y que cuando escucharon que había un ataque en el colegio, una de las maestras intentó cerrar la puerta con llave, pero Salvador Ramos ya estaba allí. Dijo que el atacante disparó por la ventana de la puerta.

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Miah señaló que su maestra ingresó al salón y detrás suyo venía el asesino, quien “miró a uno de sus maestros a los ojos, dijo ‘buenas noches’ y le disparó”.

La masacre comenzó entonces con una ráfaga de tiros que llegó a sus compañeros y maestras. La niña resultó herida en el ataque debido a fragmentos que le golpearon los hombros y la cabeza.

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Después de esa pesadilla, Miah recordó que el hombre se fue al salón de clases contiguo; desde allí comenzó a escuchar disparos y gritos. De pronto se hizo un silencio y oyó como si Ramos tocara música triste.

Cuando le preguntaron a la niña qué tipo de música era, contestó que era el tipo de música en el que "quieres que la gente muera", reseñó CNN.

Salvador Ramos, de 18 años, el atacante de Texas. Foto: Redes sociales / AFP

Llamada al 911 para pedir ayuda

Según el reporte de la cadena televisiva, Miah junto a otro niño tomaron el teléfono celular de su maestra muerta y llamaron al 911 para pedir ayuda.

"Por favor, envíe ayuda porque estamos en problemas", dijo la niña al operador, según declaró.

Fue en ese momento cuando la niña, por temor a que Ramos regresara al salón y la matara, impregnó sus manos en la sangre de un compañero de clase que estaba a su lado, ya muerto. Se la untó y fingió ser una más de los fallecidos. Para ella, fueron como tres horas.

Los momentos de horror que vivió la menor la dejaron traumatizada, cuenta su madre, Abigale Veloz, por lo que abrieron una cuenta en GoFundMe con el fin de cubrir los gastos de su terapia.

El temor de Miah no le permite hablar frente a las cámaras o con un hombre, pero quiere compartir su historia para que nunca más ocurra algo similar en Estados Unidos. (I)

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