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Leylah Fernández revela la difícil experiencia que vivió su familia cuando ella tenía 10 años y que es la razón de su audaz tenis

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Leylah Fernandez, con 19 años recién cumplidos, estará enfrentada en la final del US Open este sábado 11 de septiembre con la británica Emma Raducanu, otra joven prodigio de 18 años. El jueves pasado, la tenista canadiense de padre ecuatoriano, superó en las semifinales a la número dos del mundo, la bielorrusa Aryna Sabalenka, por 7-6 (7/3), 4-6 y 6-4.

La formidable Leylah Annie, como reseña AFP, ha dado una de las grandes sorpresas de la temporada del tenis al tumbar en Nueva York a tres integrantes del top-5: Sabalenka (2º), Naomi Osaka (3º) y Elina Svitolina (5º). Nadie logró esta hazaña en un Grand Slam desde Serena Williams en 2012.

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La agencia de noticias francesa recoge en un reportaje cómo el brillante desempeño de la tenista zurda, número 73 del ranking mundial, tiene toda una historia familiar que vale la pena conocer.

Los años duros de Leylah Fernandez

El guayaquileño Jorge Fernández es la pieza clave de la carrera de Leylah. AFP reseña que el exfutbolista ecuatoriano consiguió ejercer de instructor de tenis para su hija y todavía traza la estrategia de los partidos de esta excepcional tenista zurda, quien también habla un fluido español por enseñanza de su papá.

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Pero, ¿cuál fue la etapa más dura que vivió Leylah en su trayectoria hacia la excelencia? La joven canadiense relató la historia de cómo su madre, una canadiense de ascendencia filipina, se trasladó a Estados Unidos para conseguir mayores ingresos y apoyar a la familia y el sueño de su hija de jugar al tenis.

"Mi madre tuvo que ir a California durante unos años para apoyar a mi familia y apoyarme a mí en el mundo del tenis", narró. "Esos pocos años fueron definitivamente duros para mí, porque necesitaba una madre, necesitaba que alguien estuviera ahí para mí entre los 10 y los 13 años".

"Apenas la vi en esa época. Cada vez que la veía, era como ver a una persona extraña pero al mismo tiempo a alguien tan familiar", recordó. Aquella difícil experiencia, indica la AFP, es una de las razones por las que la tenista está tan feliz de tener a su madre alentándola en las gradas de Flushing Meadows (Nueva York). "Hemos pasado por muchas cosas juntos como familia. Me alegro de que ahora mismo todo esté de nuestro lado".

Fue esta dura experiencia la que formó el carácter de la tenista. Señala el reportaje que el apoyo de su entorno fue clave para desarrollar su fortaleza mental, una de las grandes virtudes de su audaz tenis. "Definitivamente fue difícil al principio aceptarlo", comentó sobre la partida de su mamá.

Leylah no duda en reconocer el valor de la familia y el apoyo incondicional de sus padres: "No creo que solo haya hecho yo el trabajo, sino también mis padres, mi padre. Él también tomó la decisión un día de empacar nuestras cosas e ir a Estados Unidos para poder estar con mi mamá porque era demasiado".

"¿Saben qué? Me alegro de haber tomado esa decisión, de que mi madre se fuera a California, porque me hizo más fuerte, y creo que a mi familia también", consideró. "Estoy eternamente agradecida por todo lo que nos ha pasado". (D)

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