Emprendedores italianos encontraron su segundo hogar en el calor guayaquileño

De lunes a viernes comen pasta, pero los fines de semana se decantan por encebollado, bolón, bollo de pescado, ceviche y más. Esa es la semana gastronómica de Davide Bertocchi e Inés Teresa de Paul, una pareja de italianos que ha encontrado en Guayaquil y su gente una segunda patria.

“La gente piensa que porque somos extranjeros debemos estar en Cuenca. Nos encanta el resto de Ecuador pero nunca hemos pensado salir de aquí, nos gusta Guayaquil. Aquí está el comercio, el movimiento”, sostiene Inés.

“Nosotros hasta votamos acá en Guayaquil por alcaldes porque nos interesa el futuro de la ciudad y nuestra inversión”, sostiene y hace referencia a la empresa que Davide fundó hace 5 años, DB Corporation.

Bajo ese “paraguas” manejan un servicio de alquiler de vehículos a empresas, además de un taller mecánico llamado Daynes Car sobre la av. Francisco de Orellana, en la cdla. las Orquídeas.

Con estos emprendimientos han dado empleo a cerca de una decena de guayaquileños. “La gente es fácil de tratar, hablan como si te conocieran de siempre, no aparentan, si tienen que insultarte lo hacen y listo, sigue la vida. Me siento cómoda así”, explica Inés.

Aún así, recuerda que crecer en Guayaquil no ha sido fácil. “La gente nos ve de afuera y piensa que somos caros porque el local es lindo”, cuenta y ríe fuerte.

“No somos costosos, es nuestra mentalidad que nos pide ser impolutos. Esto es un taller, sí, pero también es un lugar de servicio donde habrá personas y la atención debe ser excelente”, sotiene.

Para esta pareja, Guayaquil ya no solo significa un destino sino un proyecto de vida. Inés recuerda que Davide fue el primero en conocer Ecuador por el trabajo que realizaba para una transnacional. Un día volvió a Italia con la propuesta de mudarse e Inés solo aceptó cuando sintió el calor del Puerto Principal.

Hoy se sienten como dos porteños más, celebrando las fiestas julianas de celeste y blanco, y con la confianza de que la “inversión de todo una vida” rinda frutos en la Perla del Pacífico. (I)