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Ecuador

Coronavirus en Ecuador: Mientras parte de la población se relaja, trabajadores de primera línea mantienen cuidados

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Según el informe que emitió el Ministerio de Salud Pública (MSP), este domingo 29 de noviembre, en el Ecuador se da una "transmisión silenciosa" de coronavirus en Ecuador.

La entidad además advirtió que el no cumplir con las medidas biosanitarias y asumir que "a mí no me dará" conlleva el altísimo riesgo de nuevos brotes del virus. Así lo reseña Diario El Universo.

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En el informe además se menciona que las últimas pruebas científicas muestran que la mayoría de los nuevos brotes pueden atribuirse a la ‘transmisión silenciosa’ del coronavirus en Ecuador. Lo explica como una combinación de la etapa presintomática y las infecciones asintomáticas.

"En consecuencia, aunque todos los casos sintomáticos son aislados, se deben también aislar a las personas con infecciones silenciosas", insistió el ministerio en un anexo al informe diario de casos.

Se destacó además que Galápagos, Pichincha, Santa Elena, Azuay y Cañar son las provincias con el mayor incremento de casos de coronavirus en Ecuador, al comparar la tasa acumulada de esta semana respecto a la previa. La semana pasada, en este grupo de cinco provincias se encontraban Morona Santiago, Bolívar y Cotopaxi.

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En muchos lugares las aglomeraciones se han vuelto comunes, ante la relajación social. Foto: Archivo

Trabajadores en primera línea se cuidan

Mientras muchas personas se han relajado ante la pandemia, hay quienes su trabajo los ha obligado a convivir con la COVID-19. Pese a que ellos han estado a diario exponiéndose al contagio, luego de nueve meses de la pandemia sus pruebas siguen saliendo negativas, destaca Diario El Comercio.

Para protegerse y cuidar a sus familias del peligroso virus, ellos han seguido ‘al pie de la letra’ las recomendaciones sanitarias.

Una de ellas es Susana Espinoza, de 33 años. Ella es enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Metropolitano de Quito.  Atiende a pacientes con dificultades respiratorias graves, por lo que debe permanecer con su equipo de protección personal. Una mascarilla, un overol descartable, visor, cubrezapatos y guantes son parte de la indumentaria. “Debemos usar correctamente el vestuario para evitar la transmisión”, dice la mujer.

Mientras que Freddy Maldonado, de 38 años, intensivista del Hospital Carlos Andrade Marín, del Seguro Social, manifiesta que es importante el retiro correcto de las prendas de protección e, incluso, la vestimenta y el calzado personal.  El galeno ha estado en contacto con pacientes positivos, pero no ha tenido síntomas respiratorios. Pese a ello, se ha realizado seis exámenes, todos por prevención.

Muchas personas a diario conviven con la COVID-19 y la posibilidad de contagiarse. Foto: Archivo

El director de la Agencia Metropolitana de Tránsito de Quito, Juan Manuel Aguirre, tampoco ha presentado sintomatología de COVID-19. A diario colabora en los operativos de control vehicular, lo que supone un riesgo alto de contagio. Por ello el hombre de 44 años optó por hacerse pruebas cada 10 o 15 días para confirmar o descartar; en todas sus pruebas resultó negativo.

Por su parte, Santiago Vargas, policía, y Carlos Germán, subinspector del cuerpo de agentes metropolitanos de Quito, llevan gel o alcohol en su bolso. Esto se ha convertido en costumbre. Lo usan luego de cada revisión de papeles a conductores o del contacto con transeúntes y habitantes de calle.

Mientras Iván Guerrero, trabajador de la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo), decidió llevar en su mochila una botella con agua y un pedazo de jabón. Además, tiene alcohol y gel.

Durante sus horas de trabajo, el funcionario se asea más de 10 veces. Contó que vive con su madre y su suegra; ambas tienen diabetes, por lo que están dentro de la población vulnerable. "Me cuido bastante por ellas y por mí; no quiero perder a ningún miembro de mi familia", explicó. (I)

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