Mundo
Misteriosos "pinchazos" en discotecas en España: “No me quiero imaginar los efectos que tiene si has bebido, porque sobria te deja tontísima”, relata una víctima de las agresiones químicas
“Tuve la suerte de que no había bebido nada y al notar el pinchazo enseguida supe lo que estaba pasando: es un simple Clac, se siente como si te quemaran con un cigarro de fiesta y aparte notas como te clavan la aguja”.
Anna, desde el Twitter, contó este lunes 1 de agosto de 2022 que es una nueva víctima de este tipo de agresiones que bajo el nombre del pinchazo o pinchazos, con burundanga, genera alarma en Europa, principalmente en Cataluña, España
Sin embargo, Anna no estaba en una discoteca. Estaba en una ‘boat party’ en mitad del mar en Malta y así siguió narrando lo sucedido el pasado 16 de julio. "Me pincharon saliendo del baño con mis amigas, cogidas de la cintura en filereta. Me quedé en shock cuando lo sentí y enseguida busqué al culpable: vi una mano escondida con un tubo azul metálico (como un vaper) con un agujero. Colocaron la jeringuilla dentro de un vaper.
Una de mis amigas vio mi cara cuando me pincharon: duele. Casi me da un ataque de pánico al saber lo que me estaba pasando y corrí de ahí por miedo a que me volvieran a pinchar. Cuando salimos del bullicio (era de día) vimos la marca. No me quiero imaginar los efectos que tiene un pinchazo si has bebido, porque sobria te deja tontísima. Según he leído pinchan ketamina, pero no lo sé porque no pude ir a un hospital hasta el día siguiente (la fiesta era en un barco en mitad del mar).
Al día siguiente me hicieron una analítica y la aguja (menos mal) NO estaba infectada. Sin embargo, me tengo que vacunar otra vez de hepatitis por precaución. Simplemente porque a un subnormal le apeteció drogarme no quiero saber para qué”.
Últimamente estoy leyendo muchos twits sobre los pinchazos y el nuevo método de sumisión química y me gustaría decir algo al respecto ?
El pasado 16 de julio a mi me pincharon en una boat party en mitad del mar en Malta y creo que esto podría ser de ayuda:
— ANNA (@annjjta) August 1, 2022 Las primeras denuncias sobre los “pinchazos” en España se conocieron en los sanfermines, populares fiestas donde la gente corre al ser perseguida por toros en la calle. Pero hay un incremento preocupante de casos de agresiones sexuales por sumisión química usando ese nuevo método del "pinchazo" .
La mayor parte de la alarma proviene de Cataluña (noreste), donde en las últimas semanas se han disparado el número de denuncias. Señala la agencia EFE: Los datos hablan por sí solos: entre el 1 de enero y el 12 de junio de 2022 se habrían producido solo en Cataluña 288 casos de este tipo, 167 por sumisión química y 121 por vulnerabilidad química, a los que hay que sumar 17 denuncias de los últimos días ante la policía autonómica catalana.
En el conjunto de España, en 2021, hubo un total de 3.001 solicitudes de investigación al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de España (INTCF) de casos de agresiones sexuales, y se pidió estudio de sumisión o vulnerabilidad química en 994 (33,1 %) casos.
El 72,1 % de los analizados dieron positivo en alguna sustancia -ya sea alcohol, drogas de abuso y/o psicofármacos- aisladamente o en combinación, en un contexto donde el 92,4 % de las víctimas fueron mujeres.
#URGENTE La Policía Nacional y los Mossos investigan varias manadas de magrebíes que están detrás de los pinchazos (Sumisión Química) hacia mujeres en Zonas de Ocio. pic.twitter.com/hLtNIleSIl
— El Puntual 24H (@Puntual24H) August 1, 2022 El método del "pinchazo", por el que se administra inyectando y no disolviendo la burundanga (droga psicotrópica que se extrae de una planta) u otra sustancia similar en una copa, provoca una pérdida de conciencia de la víctima, con el objetivo de cometer una agresión sexual pero también un delito patrimonial, recuerda la Policía.
El relato de las víctimas habla de estar en la pista de baile o entre mucha gente y sentir un pinchazo en el brazo o muslo y luego notar que la extremidad se adormece para luego sentir mareo y malestar general. Alba Martínez Rebolledo, experta en violencias sexuales, explicó a Efe que la metodología del "pinchazo" lleva ya algún tiempo en lugares como Reino Unido y que en España se empezó a tomar en serio tras los últimos sanfermines, en Pamplona, donde se reportaron varias denuncias.
Martínez Rebolledo advierte que en el 80 % de los casos de sumisión química, pinchazo o intoxicación de la bebida, la persona responsable es conocida de la víctima, "lejos del mito del desconocido depredador monstruoso".
A tener en cuenta y compartir al respecto de "los pinchazos": pic.twitter.com/qhBSNSC87F
— Caramelito (@caramelitoricoa) July 30, 2022 A pesar de que en Cataluña todas las denuncias han ocurrido en discotecas por ahora, desde la patronal del ocio nocturno Fecarsam señalan que el método del pinchazo y en general la sumisión química se circunscriben más bien al ocio "ilegal" como macrofiestas o botellones.
Sin embargo, la propia Fecarsam informó en mayo de que una veintena de discotecas se adherían al protocolo internacional para prevenir agresiones sexuales, denominado ‘Ask for Angela’ (Pregunta por Ángela).
Sobre las sustancias involucradas en el sometimiento de la víctima, aunque este tipo de agresiones se asocia con la burundanga, y otras sustancias como el GHB y el Flunitrazepam, estas solo forman parte del 3 % de los casos, y es el alcohol, una sustancia al alcance de todos, la que mayor incidencia tiene.
La letrada penalista especializada en violencias sexuales Laia Serra manifestó a Efe que hay muchas "leyendas urbanas con la burundanga", y remarcó la gran incidencia del alcohol en este tipo de agresiones.
Serra pide que, en el ámbito judicial, "haya más formación, más investigación, y menos tópicos y menos estereotipos", ante la mirada de un sistema judicial que o bien considera difícil de demostrar estas agresiones o incluso señala a la víctima: "Si te has ido de fiesta, quien juega con fuego se quema". (I)
"Colocaron la jeringuilla dentro de un vaper"
Qué pasa con los pinchazos en España
En qué consiste “el pinchazo”
El papel de las discotecas
La respuesta judicial