"He pecado, he quebrantado la ley y no tengo excusas": Monja de 80 años roba casi un millón de dólares a colegio para apostar en Las Vegas

Una monja de Torrance, en California, cometió un fraude electrónico que la enviará a la cárcel por un año, según sentencia emitida este 7 de febrero. Mary Margaret Kreuper, de 80 años, desfalcó a un colegio católico por una suma cercana a los 835 mil dólares, con el fin de irse a apostar el dinero a Las Vegas.

La religiosa aprovechó su cargo como directora de la Escuela Católica St. James durante 28 años para perpetrar su estafa. Una auditoría realizada en 2018 reveló las irregularidades, que se extendieron por 10 años. Posteriormente, en julio de 2021, la religiosa confesó su culpabilidad por los delitos de fraude electrónico y lavado de dinero.

Mary Margaret Kreuper era la encargada de manejar las cuentas de la escuela en una cooperativa de créditos, una cuenta de ahorros y los fondos destinados a la manutención de otras hermanas que habían hecho votos de pobreza.

Mary Margaret Kreuper, una monja de 80 años, que desvió más de 800,000 dólares destinados a obras escolares para gastarlos en
apuestas y turismo de lujo fue sentenciada a un año de
cárcel en California. “Sé que he pecado, que he violado la ley, no hay disculpas”, declaró. pic.twitter.com/NanEltBanz

— Raúl Brindis (@raulbrindis) February 8, 2022

La monja deberá devolver el dinero 

De acuerdo a informes de Daily Mail, además de la sentencia de un año y un día, Mary Margaret Kreuper tendrá que devolver  835.338,57 dólares como restitución. El juez de la corte de distrito de Estados Unidos, Otis D. Wright II, fue el encargado del procesamiento del caso.

"He pecado, he quebrantado la ley y no tengo excusas. Mis acciones violaron mis votos, mis mandamientos, la ley y, sobre todo, la sagrada confianza que tantos habían depositado en mí. Me equivoqué y lamento profundamente el dolor y el sufrimiento que he causado a tanta gente", dijo Mary Margaret Kreuper a las autoridades.

Mary también falsificó documentos y desvío fondos a cuentas ajenas a la causa, con las que cubría gastos de juego en casinos y resolvía cargos de tarjetas de crédito. El Universal puntualiza que inicialmente los abogados defensores alegaron que la monja tenía una "enfermedad mental" que nubló su juicio. (I)