Quién fue Griselda Blanco en la vida de Pablo Escobar: Se instaló en Estados Unidos para controlar las rutas de la droga en el sur de Florida que ella mismo abrió

A Griselda Blanco, entre los narcotraficantes, la recuerdan "por su condición sanguinaria", señala EFE al cumplirse una década de su trágica muerte.

Fue una “de las mayores narcotraficantes de Colombia y murió asesinada hace 10 años en las calles de Medellín”.

En esa ciudad, donde Pablo Escobar murió en 1993 en medio de un operativo policial y militar, Griselda Blanco se erigió como la "reina de la coca", añade a citada agencia informativa.

Ella tuvo la “capacidad para innovar en el negocio del narcotráfico y por eso se convirtió en la narcomadrina de Escobar”.

De esta mujer se dice que “por lo que más ha sido conocida en la historia criminal de Colombia y el mundo fue por introducir a Pablo Escobar al negocio de la cocaína”.

Su historia la llevarán a la pantalla por la actriz colombiana Sofía Vergara en una miniserie que se titulará "Griselda", para la que todavía no hay fecha de lanzamiento.

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“La viuda negra”

Como “La viuda negra” también es recordada. ¿La razón? “Por supuestamente matar a dos de sus maridos durante las dos décadas que estuvo al frente del negocio más lucrativo de Medellín y ganados por la forma en la que lo dirigía: con la violencia como herramienta para expandirse y lucrarse, lo que le valió para alcanzar mucho poder”.

Esto es lo que se conoce de la vez que Pablo Escobar hizo que una de sus amantes abortara a los 5 meses: “Le mandó a dos ‘pelaos’ y al veterinario para sacarle al bebé” " https://t.co/2VBxnxRySm pic.twitter.com/4cr459kkL5

— Qué Noticias! (@quenoticiasec) January 14, 2022

El poder de la "narcomadrina" de Pablo Escobar

La narcomadrina de “El Patrón”, como llaman  a Pablo Escobar “es conocida por su frialdad".

Williams Gilberto Jiménez-García, investigador de la Universidad de los Andes, dice a EFE que Blanco “perteneció a una generación de narcotraficantes que empezó a exportar la pasta base de coca que se producía en las selvas de Ecuador, Perú y Bolivia hacia Estados Unidos para comercializarlo”.

El poder que cosechó, explica la agencia, la llevó a radicarse en Estados Unidos para controlar las rutas del sur de Florida que ella mismo abrió para un negocio de por sí violento que elevó a niveles nunca antes vistos "generando todo un hito en Colombia y ese país".

Pero no solo abrió nuevas rutas para hacer llegar la cocaína hasta el norte, con especial relevancia a la introducción de las "mulas" -mujeres y hombres que transportan en sus cuerpos la droga hasta el destino final-.

También "abre nuevas tecnologías para corromper a las autoridades locales", en palabras de Jiménez-García.

 

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Entrenar palomas para ir a las cárceles

Pero lo que sin duda la llevó hasta lo más alto de la ilegalidad fue que empezó a "reclutar capacidades", porque hasta el momento "las organizaciones de narcotráfico eran muy pequeñas porque garantizaban el éxito de ocultamiento", pero Blanco llegó a tener tanto “éxito” que transportaba hasta media tonelada semanal de cocaína.

"La valoración que hace un sujeto racional de lo que puede obtener ganando ‘traqueteando’ es lo que puede perder, que es la muerte o la cárcel", pero el éxito y el sistema de "La viuda negra" alcanzaron tal nivel en las calles de las ciudades colombianas que "se volvió casi que un orgullo pertenecer a la organización", opina el experto.

Las innovaciones que introdujo también impactaron en el ámbito de la comunicación de estas organizaciones criminales, como "entrenar palomas para ir a las cárceles", que “aunque no es innovador, sí es escurridizo”.

Escuela de sicarios

Blanco "necesitaba tener prestigio dentro del mundo criminal para convencer a los criminales de trabajar con ella, para tener temor y respeto a esa mujer", todo esto mientras tenía que ganarse el respeto en "un país y una sociedad machista", relata Jiménez-García a la agencia.

Eso la llevó a tener "un ejército personal de jóvenes entrenados solamente para matar sin cuestionamientos", algo que derivó en una suerte de escuelas de sicarios.

El fin de Griselda Blanco

Apunta la agencia española que Blanco pasó tres décadas en una cárcel estadounidense pagando por los crímenes que cometió.

“En 2004 obtuvo una libertad que le valió para ser deportada a Colombia donde, irónicamente la asesinaron en las calles de la ciudad a la que sometió durante años y a la que convirtió en centro del tráfico de drogas mundial”, añade. (I)