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Por culpa del Free Fire afirman que se suicidó un joven de 15 años en Guayaquil: Siempre decía "Mátalo, mátalo’ y no le presté asunto por ser un juego”, recuerda el padre
Un joven de 15 años se ahorcó en la sala de su casa ubicada en el Cerro El Carmen, en Guayaquil. Pasaba horas y horas jugando videojuegos, principalmente el Free Fire. Aparentemente esta adicción llevó al joven a la muerte.
Con los ojos rojos de tanto llorar una madre en Guayaquil dice, convencida, que detrás de la muerte de su hijo está una adicción al videojuego Free Fire.
El chico decidió poner fin a sus días y el suicidio aún no lo puede procesar la mente, mucho menos el corazón, de Wendy Aquino, su progenitora. Fue Wendy la que lo encontró sin vida en la sala de su vivienda. “Yo pensé que mi hijo estaba vivo; pero no, mi hijo ya había muerto”. Pedro Solís señala que su primogénito se interesó en el Free Fire desde que inició la pandemia del covid-29. Frente a la pantalla del celular pasaba horas enteras jugando, dice.
Hoy recuerda que siempre decía “Mátalo, mátalo. Yo le doy en la cabeza”, pero “como era juego no le presté ningún asunto”. La tragedia de la familia Solís Aquino impacta a los moradores del sector La Pampa del cerro El Carmen, en Guayaquil.
Un hombre, dijo a Teleamazonas, que no es el primer caso que ocurre en la zona vinculada a este videojuego.
La adicción a los juegos en línea preocupa a los psicólogos, quienes lamentan que sean menores de edad los más vulnerables por lo que dice que los padres son los llamados a estar atentos a las señales.
Los videojuegos, explica la psicóloga Paola Cercado, tienen un riesgo muy grande: te lleva a jugar con distintas personas de muchas partes del mundo y no todas son niños y adolescentes. Ha pasado, sostiene, que los adultos dan órdenes a los jóvenes a través de los audífonos.
Cercado dice que la violencia parece “normalizarse” y el acceso a la mente se da muy rápido.
La experta recordó que a esa edad no se tiene inteligencia emocional y es difícil manejar la frustración al no poder avanzar a otro nivel en los juegos.
Un antecedente de suicidio juvenil se dio hace poco en Quevedo, provincia de Los Ríos, donde un joven se mató luego que el padre le quitara el teléfono celular.
“Se había enviciado, se lo quité porque lo encontré varias horas jugando el Free Fire y estaba conectado con gente no solo de Ecuador, había gente de Colombia, México”, recordó el afligido padre.
Yo me siento culpable de su muerte, dijo el progenitor antes de romper en llanto.
(I)
Los riesgos de los videojuegos
Antecedente con el Free Fire en Quevedo