Un trágico incidente ocurrió en el cantón El Naranjal, provincia de Guayas, el 30 de octubre de 2024, cuando tres personas fueron asesinadas. Entre las víctimas se encontraba Gustavo Santana, propietario de la gasolinera Santana Oil, donde tuvo lugar el ataque.
Detalles del ataque
El ataque sucedió alrededor de las 11:30 de la mañana. Testigos informaron que un grupo de ocho hombres armados, descendiendo de dos camionetas negras, irrumpió en la gasolinera. Estos individuos abrieron fuego de manera indiscriminada contra Santana y otras tres personas presentes en el local.
Gustavo Santana murió en el acto, mientras que Abel Borbor, un ingeniero reconocido en la zona, también fue alcanzado por las balas. La tercera víctima aún no ha sido identificada. Además, un hijo de Santana resultó herido en el ataque.
Agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar de los hechos para iniciar las investigaciones pertinentes. La escena del crimen fue asegurada y personal de Criminalística comenzó a recabar información crucial para esclarecer las motivaciones detrás de este ataque brutal.
"Estamos trabajando arduamente para identificar a los responsables de este crimen", afirmaron las autoridades. Las causas que llevaron a este múltiple asesinato todavía son desconocidas. Según la Policía, dos de los fallecidos tenían antecedentes penales.
Contexto del empresario
Gustavo Santana era oriundo del cantón Santa Rosa, en la provincia de El Oro y está vinculado en la Operación Río Grande, llevada a cabo en 1999. Esta desveló una compleja red de narcotráfico entre Ecuador y Colombia, que involucraba a diversas figuras del crimen organizado.
Gustavo Santana, aunque no era un narcotraficante de primera línea, estaba vinculado a esta operación, ya que su estación de servicios podría haber sido utilizada como punto de apoyo logístico para el narcotráfico.
Las investigaciones sobre el narcotráfico en Ecuador durante esa época revelaron que muchas empresas y establecimientos comerciales fueron cooptados por los carteles, convirtiéndose en cómplices involuntarios o en vehículos para el transporte de drogas.
Las conexiones de Santana con la red de narcotráfico han sido objeto de especulación, aunque no se han presentado pruebas concretas que lo involucren directamente en actividades ilícitas. Sin embargo, su nombre ha resurgido en discusiones sobre la violencia y el crimen organizado en la región, especialmente tras su asesinato en un ataque armado.