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Ecuador

Madres ejemplares: mujeres de Galápagos son la fuerza invisible que produce los campos y el océano de las islas ecuatorianas

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Las Islas Galápagos son mundialmente reconocidas por su flora, su fauna y su actividad turística, fuertemente golpeada por las consecuencias de la pandemia. Sin embargo, la región se mantiene a fuerza de trabajo de agricultura y pesca artesanal. El mismo cuenta con la cara visible de los hombres que son dueños del 75% de las fincas. Pero, en su mayoría cuenta con la mano de obra de mujer, que se convierten en la fuerza invisible de la producción.

"En el campo hay muchas veces mujeres trabajando. Pero quien se ve al frente es un hombre", lamenta María Elena Guerra, cafetera de las montañas de Santa Cruz. Esta es una de las cuatro islas habitadas de este archipiélago del Pacífico, a 1.000 km de las costas de Ecuador, reseña AFP.

Esta mujer de 54 años dirige Lava Java, una de las 50 plantaciones de Galápagos que, en 15 hectáreas, produce alrededor de 75 quintales al año del único café local certificado, biológico y de origen controlado.

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Maria Elena Guerra caminando por las plantaciones en el campo hostil de la isla. Foto: RODRIGO BUENDIA / AFP.

"A mí todavía me pasa que cuando estoy buscando gente para que trabajen conmigo, vienen y preguntan por mi marido", añade, sonriente y erguida en su botas de caucho.

"Casi el 75% de las fincas están a nombre del marido, pero (…) son en la mayor parte las mujeres las que están haciendo el trabajo", cuenta a la AFP Heinke Jäger, de la Fundación Charles Darwin (FCD).

La pesca en las Islas Galápagos

En el caso de la pesca ocurre un fenómeno parecido, ya que son los cerebros de la pesca. Es cierto que los hombres son quienes se montan en las lanchas y salen al mar. Sin embargo, ese es apenas una de múltiples partes que conlleva este laboriosa forma de ganarse la vida.

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"Cuando se piensa en pesca, se piensa siempre en el acto de pescar (…), no en lo que hace falta para que sea posible (…) la comida, el agua, el hielo porque los barcos no tienen refrigeración, etcétera", dice Nicolás Moity, encargado de un programa de la FCD sobre igualdad de género en el sector, en declaraciones a la AFP.

Y este es precisamente el trabajo de María Sabando, una mujer de 52 años de quien su esposo, Faustino, de 61, jamás podría prescindir.

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Maria Sabando (izquierda) es el sostén de su hogar. RODRIGO BUENDIA / AFP.

 

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