Familia del ministro asesinado “perdona al autor de los hechos”; el principal sospechoso fue a una iglesia y dijo: "He venido a entregarme, maté a una persona"

En la consternada República Dominicana, donde el lunes 6 de junio de 2022, asesinaron en su despacho al ministro del Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, han decretado tres días de duelo oficial.

El ministro Orlando Jorge Mera murió a manos de un amigo de la infancia, Miguel Cruz, quien le disparó varias veces. Se ha asegurado que fueron 7 los balazos propinados.

En un comunicado, la familia Jorge Villegas dice que “perdona al autor de los hechos”.

En medio de la profunda tristeza que embarga al pueblo dominicano fue ofrecida una misa de cuerpo presente al fenecido Ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, en la Capilla San Rafael del Palacio Nacional. pic.twitter.com/FFwWSQzKK9

— Presidencia de la República Dominicana (@PresidenciaRD) June 7, 2022

En el texto, tuiteado por el hijo de la víctima, Orlando Salvador Jorge Villegas, se lee primero la palabra PAZ.

Luego expresa: “Con profundo dolor confirmamos que nuestro querido y abnegado Orlando Jorge Mera falleció este lunes, víctima de varios disparos perpetrados por un amigo de infancia (…)”.

Sobre las investigaciones dicen: “Tenemos la certeza de que estas llegarán a buen destino (…) Confiamos plenamente en nuestras autoridades”.

(…) Nuestra familia perdona al autor de los hechos. Uno de los legados más grandes de nuestro Orlando era no guardar rencor”.

Paz. pic.twitter.com/GNk7F4N87Y

— Orlando Salvador Jorge Villegas (@orlandojorgev) June 6, 2022

Orlando Jorge Mera era hijo del expresidente, Salvador Jorge Blanco, y quien desempeñó diversas labores a favor del medioambiente, educación, libre comercio, telecomunicaciones y política, recuerda la Presidencia de ese país.

Miguel Cruz, el amigo de la infancia

Miguel Cruz, recuerda la agencia EFE, huyó después del violento suceso y se refugió en una iglesia, donde horas más tarde se entregó a la Policía Nacional, en presencia de miembros del Ministerio Público.

Fausto Miguel de Jesús Cruz de la Mota, su nombre completo, nació el 30 de junio de 1965 en La Vega.

Su padre “fue el mayor general piloto, Fausto Miguel Cruz Ramírez, exjefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Dominicana entre 1988 y 1990, durante el gobierno de Joaquín Balaguer, de acuerdo con el portal de la Fuerza Aérea Dominicana”, reseñó ese medio dominicano.

En Listín Diario recogen la versión de lo sucedido cuando llegó Cruz al templo.

Entrarle a tiros a una persona como Orlando Jorge. Un hombre tranquilo, ecuánime, conciliador. Aún estando frente a su matador, entendió que no era necesaria la intervención de la seguridad. Estaba con su amigo dijo. Que pena.
E.P.D. pic.twitter.com/jHkz3CvWxo

— Julissa Cèspedes (@JulissaCes) June 6, 2022

Así fue la entrega de Miguel Cruz

Miguel Cruz “ salió del edificio gubernamental y recorrió 2,8 kilómetros hacia la parroquia Sumo y Eterno Sacerdote, del sector Renacimiento, en el Distrito Nacional. Llegó solo a la oficina parroquial, describe el medio.

Según Listín Diario, “cargaba el arma con la que disparó a Jorge Mera”.

Poco después del mediodía, estando en la recepción, pidió al único empleado estaba en ese momento conversar con el cura.

– “Quiero ver al padre”, le dijo.

El padre José Arismendi de León Helena se encontraba dentro del templo y fueron a buscarlo.

De acuerdo con el periodista Luisín Mejía, "quien dio las declaraciones en nombre de Arismendi, que tuvo la intención de explicar por su vía lo que lo que aconteció dentro la Iglesia", Cruz le dijo: “Padre, he venido a entregarme, maté a una persona…”, y en ese instante le entregó el arma.

Arismendi no sabía que la víctima se trataba del ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera.

Luego de esa confesión, añade Listín Diario, le manifiesta “el interés al padre de tener la presencia de los medios de comunicación, lo que había hecho y las motivaciones que habría tenido, a lo que el párroco le respondió: “Esto no es de prensa, es de las autoridades”.

Cruz, al parecer, "insistía en que quería ver a los medios de comunicación por temor a que su vida corriera peligro, pero el padre le respondió que estando en la Iglesia no lo iban a matar”.

De inmediato, el sacerdote llamó a un feligrés que tenía conexiones en la Policía Nacional y sirvió de mediador. (I)