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Qué hay detrás de las fiestas de quince años, una fotógrafa de Tijuana lo dice a través de la exposición “Ellas no bailan solas” en la que retrató a hijas de migrantes (FOTOS y VIDEO)
Angélica Escoto, una artista de Tijuana, México, durante casi una década fotografió fiestas de quince años y ahora presenta la exposición "Ellas no bailan solas". Según Escoto, los migrantes mexicanos en Estados Unidos usan las fiestas de las quinceañeras para reforzar sus lazos comunitarios, publicó EFE. Publicidad El Centro Cultural Tijuana (Cecut), ubicado a un […]
Angélica Escoto, una artista de Tijuana, México, durante casi una década fotografió fiestas de quince años y ahora presenta la exposición "Ellas no bailan solas".
Según Escoto, los migrantes mexicanos en Estados Unidos usan las fiestas de las quinceañeras para reforzar sus lazos comunitarios, publicó EFE.
El Centro Cultural Tijuana (Cecut), ubicado a un par de kilómetros del puerto fronterizo de San Ysidro, es el recinto en donde está la exposición, que consta de 57 fotografías que recrean y dan vida a estas fiestas, tradicionales en México y Latinoamérica para celebrar a las jóvenes que cumplen 15 años.
Escoto expuso a EFE que "Ellas no bailan solas" es una serie fotográfica documental "sobre las hijas de los migrantes que cruzaron por el cañón Zapata y por ‘El bordo’ en los años 80 y que se quedaron a vivir en San Diego".
Un anuncio en un periódico fue el inicio
De acuerdo con un estudio de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), el cañón Zapata era una zona fronteriza de Tijuana por donde los migrantes cruzaban diariamente durante los años 80.
La artista relata que en 2006 puso un anuncio en el periódico "El Latino" de San Diego para ofrecer servicios de video y foto, con lo que comenzó a trabajar con estas comunidades.
Los quince años de las hijas de migrantes
“Era mi negocio, pero ahí comencé a ir a las fiestas. Me hablan y me di cuenta de que las personas que más me solicitaban eran migrantes de Guerrero, Oaxaca y Michoacán”, dijo.
Después de tres años de que Escoto estuvo inmersa solamente en ese negocio, un colega fotógrafo le sugirió que el trabajo le podía servir para una edición sobre cómo ella veía esta tradición, y así fue juntando sus fotos hasta completar el proyecto.
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Sentido de comunidad
La exhibición adquiere relevancia ante el flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha detectado a más de 1,7 millones de indocumentados en lo que va del año fiscal 2022, que inició en octubre pasado.
La colección documental lleva por título "Ellas no bailan solas" porque Escoto considera que estas tradicionales fiestas, más allá del contexto de género que llevan implícito, son “en realidad un acto de amor, y este es un documental y es un registro de ello”.
Al trabajar con esta comunidad, se percató de cómo las familias cooperaban para hacer una fiesta de 15.000 dólares.
“Lo cual no es fácil, porque las mamás de las niñas trabajan limpiando casas, en un McDonald’s, en restaurantes, y los papás en jardinería o la construcción, pero son tantos y es tanta la comunidad que, entre la vecina, el primo y el hermano todos colaboran”, enunció.
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El pretexto para estar juntos
Lo más importante, dijo la artista, es que para los migrantes “es un pretexto para estar juntos, para verse, para bailar, porque el baile es como ese ‘performance’ donde uno se libera y dejas de preocuparte y de pensar que estas en otro país”.
“En el momento que llegas a una fiesta solo piensas en poder pasártela bien, las quinceañeras son pretexto para eso, para volver a sentir que hay colaboración y que es una comunidad que no está en su país, pero se dan apoyo mutuo y se solidarizan ante las adversidades”, recalcó a EFE.
"Las quinceañeras son como mis hijas"
“Tengo un amor especial por cada uno de mis proyectos, pero a este le digo "mis quinceañeras" porque son como mis hijas, aparte de que se parecen a mí, o yo a ellas. Fue muy divertido, pero también viví mucho estres; cruzar la frontera, fue uno de ellos y perseguir limosinas en el Freeway.
Dos veces me demandaron; una porque envié a un colega a filmar esa quinceañera y mi clienta pensó que iría yo; la segunda vez otro cliente no me quería pagar, dejó pasar el tiempo y pedía en su demanda que le diera el trabajo gratis. Hasta me acusó con el juez que yo vivía en Tijuana. En ambos casos el juez fue justo conmigo”; contó Escoto en su cuenta de Instagram.
Eventos sociales, todo un reto
Escoto recordó que durante el periodo que trabajó la fotografía de eventos sociales fue muy difícil por los horarios y la dinámica de cruzar la frontera casi a diario.
“Son eventos que no se vuelven a repetir y había que estar bien atento a todo”, mencionó.
Por ello es que ahora respeta mucho más esa labor del fotógrafo de sociales, que ha sido estigmatizado porque no se considera como un trabajo artístico o documental.
“Es muy difícil hacer foto de sociales porque depende mucho del gusto de quien contrata, los fotógrafos de eventos son unas personas muy respetables porque trabajan mucho, han sido menospreciados por hacer foto de fiesta, pero es una labor muy difícil en la que para tener siempre trabajo, hay que hacerlo muy bien", puntualizó.
"Ellas no bailan solas" se exhibirá durante 6 meses en el Centro Cultural Tijuana (Cecut) y posteriormente en el Museo Manuel Álvarez Bravo en Oaxaca.
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