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¡Cuidado con la obsesión por adelgazar! Podrías padecer trastornos como vigorexia, ortorexia o dismorfofobia y no lo sabes
Una cosa es mantenerse saludable y vital, otra es la obsesión por adelgazar y lograr una supuesta “perfección física”. Aunque no están directamente relacionados con la anorexia y la bulimia, existen trastornos mentales que pueden desencadenar problemas orgánicos por el abuso del ejercicio físico y los regímenes alimenticios inadecuados.
La delgadez es un componente más de la prosperidad económica, social, afectiva y profesional, según Josep Toro, psiquiatra de la Universidad de Barcelona. “Lo primero que decide una mujer cuando quiere cambiar de vida o mejorarla es adelgazar. Se adelgaza cuando se sube de clase social, mientras que la gordura es sinónimo de abandono, de fracaso y de falta de control”, asegura.
La obsesión por adelgazar como la única vía para la aceptación social causa desordenes fisiológicos como desnutrición, disminución del flujo sanguíneo, pérdida de peso extrema, deshidratación, estreñimiento y otras anormalidades. Pero también, puede ser causa o consecuencia de trastornos como vigorexia, dismorfofobia u ortorexia.
Foto de Getty.
Vigorexia
También conocida como anorexia atlética, la vigorexia es un trastorno en el que la persona tiene una imagen corporal distorsionada de sí misma. Por esto se ejercita de forma exagerada y modifica su dieta drásticamente. Cuando el ejercicio físico se practica hasta el agotamiento, se reduce la fertilidad femenina al disminuir la secreción de las hormonas y la maduración de los óvulos.
Dismorfofobia
El Trastorno dismórfico corporal o dismorfofobia se caracteriza por la obsesión por un defecto percibido en las características físicas. Las imperfecciones pueden ser mínimas o imaginarias. Sin embargo, la persona pasa horas al día tratando de corregirla, con procedimientos cosméticos, dietas o ejercicios en exceso.
Ortorexia
La ortorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en la obsesión por la comida sana. Las personas que sufren esta patología se sienten obligadas a seguir una dieta restrictiva que, según los casos, puede excluir la carne, las grasas, los alimentos sin etiquetado ecológico, los aditivos. Puede acarrear carencias nutricionales y alterar la salud mental.
(E)