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En medio de la soledad y un silencio desgarrador Isabel II despide al hombre de su vida en el funeral de Felipe el duque de Edimburgo
La reina de Inglaterra encabezó un solemne funeral real ceremonial para dar el último adiós a Felipe, duque de Edimburgo. Un sepelio que transcurrió en medio de un silencio desgarrador y la soledad que acompañó a Isabel II en la capilla de San Jorge durante la ceremonia.
La procesión arrancó del castillo de Windsor. A la altura del Pórtico Galileo el Bentley de la Reina se detuvo. Mientras, el Land Rover con los restos mortales del príncipe Felipe avanzó hacía la Escalera Oeste. Isabel ocupó su lugar en el Coro y a su izquierda se hubiera sentado él, el hombre de su vida.
En el interior de la capilla retumbó el disparo de la Tropa del Rey con el que se anunció el inicio del Minuto de Silencio Nacional. Isabel II se notó cabizbaja y sola, ya que por medidas de seguridad la Familia Real se sentó lejos de ella. El silencio fue desgarrador en la capilla y en el Reino Unido durante el funeral de Felipe el duque de Edimburgo.
Cuando clero y familiares ocuparon sus puestos, el deán comenzó el servicio religioso. La ceremonia estuvo llena de momentos emotivos, como cuando sonó la música que William Lovelady compuso para su 75 cumpleaños. O cuando un oficial heráldico recordó los títulos que ostentaba al servicio de la Corona, mientras a su espalda estaban todas las condecoraciones que acumuló durante sus 99 años de vida.
(E)