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Ni los Juegos Olímpicos Tokio 2020 han unido a los venezolanos, estos dos casos revelan cómo las diferencias políticas opacan el paso de los atletas (FOTOS)

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Un periodista veterano, el venezolano Juan Vené, es reconocido por su dominio del béisbol de Grandes Ligas y por una vieja frase con la que crecieron varias generaciones: "El deporte vuelve a unirnos". Pues bien, la esencia de la expresión no se cumple en Venezuela, donde las diferencias políticas alejan a sus ciudadanos hasta de las alegrías que el deporte da. Ni los Juegos Olímpicos Tokio 2020 los ha unido.

Esta semana ha sido de desencuentros pese a las actuaciones de los deportistas del país caribeño que, por el hecho mismo de haber llegado a Japón, ya son triunfadores.

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El lunes 26 de julio, venezolanos que siguen en esa nación y los millones que han salido de ella fueron un solo corazón tras ver en el ring a uno de ellos, Eldric Sella. El pugilista no representa a la bandera tricolor, llegó a los Juegos Olímpicos como miembro de la selección de refugiados de la Acnur.

El Gobierno de Venezuela acusó a Acnur de utilizar a deportista para afectar imagen del país. Foto: Miguel Gutiérrez/EFE

Sella cayó noqueado ante un dominicano y al bajar del ensogado pidió disculpas a su país. La entereza y palabras del joven que se fue en 2018 a Trinidad y Tobago, pero que no podrá volver a ella, por tener documentación vencida, fue tendencia en redes, tema de conversaciones y de ¡discusiones!

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A favor del boxeador creció la campaña Se busca un país para Sella. En la acera contraria para el joven hubo críticas y burlas, con memes que se difundieron en redes sociales. Desde el Gobierno, el canciller Jorge Arreaza tuiteó afirmando que "Eldric Sella no es refugiado, nadie lo persigue".

En la página pro-gobierno Misión Verdad se lee sobre el caso: “La puesta en escena que protagoniza Eldric Sella busca dar relieve a una narrativa mediática puesta a rodar por los mismos medios que han buscado desintegrar la dignidad de quienes han decidido migrar y han creado reacciones xenófobas en los países receptores a partir de campañas amarillistas. En esta operación han participado las agencias internacionales creando relatos cargados de dramatismo y cifras inconsistentes, lo que evidencia fines que nada tienen que ver con el bienestar de la población en tránsito, sino circulación de dinero humanitario sin contraloría alguna”.

La división por el deporte para los venezolanos pasó del boxeo a la halterofilia. Esta disciplina elevó el miércoles 28 de julio a ese país al podio olímpico, cuando Julio Mayora se colgó la medalla de plata.

El venezolano Julio Mayora ganó presea de plata en halterofilia. Al dedicársela a Chávez levantó una ola de críticas. Foto: Instagram
@julio_mayora

¿Quién pensó que la presea uniría en la alegría a los venezolanos? Todas las quinielas se cayeron. Bastó solo que Mayora “dedicara” la medalla al expresidente Hugo Chávez para que fuera blanco de un linchamiento virtual.

Pocos miraron su origen humilde, la constancia y el mensaje que en Instagram posteó cuando clasificó a Tokio: le dedicó unas palabras a su abuela.

Con esta voltereta, Julio Mayora celebró su medalla de plata en Tokio 2020. Foto: EFE/EPA/Ritchie B. Tongo

La mañana de este jueves, Mayora agradeció a Dios por la bendición de llegar al sueño olímpico. También expuso: “Gracias Venezuela, esta medalla se la dedicó a cada uno de los Venezolanos que confió en mí… (sic)”.

Sea cuál sea el bálsamo que cada venezolano desee, para drenar años de dolor, al menos Tokio 2020 debió abrazarlos. Este viernes 30 de julio sale a las pistas Yulimar Rojas, medallista en Río 2016. Ojalá que suba de nuevo al podio el domingo. Si no, que sirva de un momento distinto y “que el deporte vuelva a unirnos”, como dice Juan Vené. (D)

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