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Elizabeth Espinel, una docente de 63 años que quiere motivar a otras mujeres que han sido diagnosticadas con cáncer de mama a través de su testimonio de valentía
Redacción Quito - Jennifer Guamán
La calidez y seguridad en su voz dan una pista de su historia de vida. Siempre está presta a brindar palabras de aliento, parece incansable. Si antes no se desanimaba fácilmente, ahora mucho menos. No es en vano que se ha convertido en la vocera de distintas campañas contra el cáncer de mama.
Elizabeth Espinel, docente de 63 años, se enteró de que tenía cáncer en abril de 2018 al retirarse un sostén con varillas, nunca fueron sus favoritos. Notó que la piel de uno de sus senos estaba lacerada y tenía un pequeño bulto. Su hermana, quien es médica, le aconsejó que se realice un examen, que al final de cuentas, resultaron ser varios, pero sirvieron para salvarle la vida.
A Elizabeth le detectaron un tumor de 3 centímetros. Se trató de un carcinoma mucinoso de mama, una variante de cáncer muy común, explica el mastólogo oncoplástico Juan Sebastián Sánchez, quien más tarde se convertiría en su ángel. A partir de ese día se embarcó en un viaje del que no compró el boleto, pero le jugó el número. Su alarma ahora sonaba más temprano, no solo se levantaba para dar clases, tenía que tomar el bus para llegar al Hospital Eugenio Espejo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en Quito. En su ciudad, Latacunga, no encontró una casa de salud para tratar la enfermedad. Fue allí, en la capital, donde conoció al Dr. Sánchez. Al año siguiente, y tras nuevos estudios, logra ser intervenida con la esperanza de que le “arranquen” la enfermedad. “Fue justo en el Día de la Madre”, recuerda la maestra. El cáncer no había afectado la región axilar, debido a que fue detectado en etapa inicial. Por fortuna, la operación fue exitosa.
Un año después, en el mismo mes (junio) y en medio de la pandemia de la COVID-19 volvió a ser intervenida, esta vez unas raras manchas en uno de sus pulmones la llevaron de nuevo al quirófano. Tras la cirugía del seno, recibió quimioterapias y radioterapias. Actualmente está en la fase de hormonoterapia, que consiste en la ingesta de una pastilla durante cinco años. Todo puede pasar, reconoce. Pero, se siente vencedora y con muchas ganas de motivar a otras mujeres. (I)
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