Ecuador
Una delicia ‘bañada’ en sol
SALITRE / Cecilia Zúñiga
Colgados en hileras, 200 pescados de agua dulce secados al sol son parte de la postal diaria que aprecian nativos y visitantes que llegan al cantón Salitre, en la provincia del Guayas.
El orear o secar los pescados al sol es una práctica ancestral usada desde tiempos inmemoriales para la conservación de estos alimentos y que hoy sigue vigente, sobre todo en localidades ribereñas y en zonas rurales tanto de la Costa como de la Amazonía. Quienes se dedican a este oficio emplean procesos que aprendieron de sus ancestros y que perduran por la demanda que tienen, como la compra de pescados oreados al sol que se da en vías principales de algunos cantones del Guayas. Richard Candelario Matamoros, de 43 años, es uno de ellos. Hace más de tres décadas trabaja con esta técnica ancestral. Él tiene su negocio en la vía principal de ingreso a Salitre. Ahí, en un local de caña y madera descama y limpia los pescados antes de poner en práctica sus secretos para lograr un buen oreado.
Sus pescados están tendidos en unas piolas en un tramo del puente sobre el río Los Tintos, que separa a los cantones Daule y Salitre. Eran 200 las unidades que tenía secando al sol el miércoles 16 de enero. Bocachicos, dicas, barbudos, viejas, damas o ratones, entre otros, son los pescados de agua dulce que más compra Candelario –y que por lo general pescan del río Los Tintos– para orearlos y luego venderlos a clientes de la zona, de cantones vecinos, a visitantes y hasta turistas extranjeros, cuenta el comerciante. (I)