Nuevos escenarios de debate luego de que la Asamblea aprobara la ley que permite la venta de leche de fórmula bajo receta médica 

El proyecto de ley de Fomento, Apoyo y Protección a la Leche Materna aprobado por la Asamblea Nacional dividió las opiniones de expertos en salud y política pública. Si bien la iniciativa refuerza acciones a favor de la lactancia y espacios seguros para el proceso, el artículo 45 se contrapone con la realidad técnica y científica, según el médico investigador Esteban Ortiz.

Esa parte del documento prohíbe la venta libre de sucedáneos de leche materna o leche de fórmula. La adquisición de este producto se realizará bajo prescripción médica del Sistema Nacional de Salud. El proyecto aún no está en firme. La última decisión la tomará el presidente Daniel Noboa, quien podrá aprobarla o vetarla de manera parcial o total.

Para el médico, la decisión abre dos escenarios. Por un lado, el pésimo control de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) impedirá que esa disposición se cumpla. Por otro, la alimentación para bebés de familias de escasos recursos, con menos educación o grupos prioritarios tendrá más limitaciones.

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"La Organización Mundial de la Salud (OMS)  y la Organización Panamericana para la Salud (OPS) promueven desde hace décadas la lactancia y en el Ecuador ya hay leyes que la impulsan. Es más, en el país, las personas más pobres o comunidades indígenas priorizan la lactancia materna. Cerca del 50 % utilizan esta práctica en los primeros meses de vida", relató Ortiz en Radio Sucesos.

Se contrapone a la realidad

Para el especialista, la aplicabilidad de la receta no surtirá efectos, pues las familias de escasos recursos, los que viven en zonas rurales, tienen dificultades para acceder a una cita médica de emergencia o control rutinario del niño. Explicó que ese proceso solo saturaría el sistema de salud. Además, refirió que las personas que viven en el campo se ven obligadas a dejar a sus hijos con otras personas para salir a trabajar y se apoyan en la leche de fórmula.

Anticipó que si se elimina esa posibilidad, las madres se verán obligadas a dotarle leche de vaca o de funda, productos que no cuentan con los mismos nutrientes que la fórmula. Señaló que los ciudadanos consumen entre USD 70 millones y USD 100 millones de leche de fórmula al año. No descartó la posibilidad de que en un tiempo, llegue el mismo producto desde Colombia, cruce la frontera y se comercialice sin control.

"La Asamblea, a través del poder que se le dio, quiere controlar la vida que llevamos. El Estado no puede tocar la puerta y decirnos cómo vivir.  Es cuestión de hacer política pública; las decisiones son fuera del contexto técnico y científico. Se debe promover y no prohibir", relató Ortiz.

(I)