Quién es Diego Caiza, el docente ecuatoriano que está entre los 50 finalistas para ganarse el Global Teacher Prize 2021; tiene una buena causa si gana el premio

El ecuatoriano Diego Caiza figura en los 50 nominados de todo el mundo para el Global Teacher Prize 2021. Así lo dio a conocer la entidad internacional a inicios de este mes en sus plataformas oficiales.

El docente quiteño, que actualmente trabaja en la Escuela Mercedes González, es ingeniero en sistemas y especialista en tecnología para la educación e innovación. Se inclina a la docencia desde su adolescencia y siempre estuvo enfocado en soluciones tecnológicas y de sistemas para las necesidades de los estudiantes. Destaca su enseñanza en robótica para niños y conciencia ambiental.

En un video en el que se resume la geolocalización de todos los aspirantes, es posible ver que Caiza es el único de Ecuador y uno de los ocho seleccionados de América Latina. Un millón de dólares es el premio que está en juego para el ganador de este año.

Estamos muy emocionados de dar a conocer los 50 docentes finalistas al Global Teacher Prize 2021, que impulsamos junto a UNESCO, y entrega un millón de dólares al ganador. Ellos fueron seleccionados entre 8 mil nominaciones y postulaciones que recibimos de 121 países. pic.twitter.com/Ins7AheCC0

— Fundación Varkey (@FundacionVarkey) September 9, 2021

Inicios

Acorde con una publicación de la plataforma internacional, se reseña que Diego Caiza empezó en la docencia desde los 12 años. En dicha época se ofreció como voluntario con los Salesianos para enseñar a los niños más pequeños durante las vacaciones de verano.

“Mientras cursaba sus estudios superiores en informática, surgió la oportunidad de incorporarse al profesorado de la escuela en la que se estaba formando. En la zona de influencia de la escuela, muchos estudiantes enfrentaron dificultades como consecuencia de la pobreza, la violencia familiar, la desnutrición, analfabetismo, drogas y discapacidad. Sin embargo, José ha abordado todos estos problemas con éxito al abrir las ciencias de la computación a sus estudiantes de formas nuevas y creativas”, se lee en la publicación.

En 2000, José emprendió el primer proyecto que presentaría a sus alumnos las posibilidades de la tecnología. Él y los alumnos comenzaron a automatizar los procesos administrativos de la escuela, como el registro de calificaciones, la emisión de informes, la asistencia, el control de disciplina y el mantenimiento preventivo.

En una segunda iniciativa desarrollaron un software educativo multimedia que se utilizaría para el refuerzo académico en materias de bajo rendimiento. Esto también fue un éxito y tuvo un impacto notable en los resultados del aprendizaje.

Congratulations to all the top 50 finalists of the US $1 million Global Teacher Prize 2021, in partnership with UNESCO. They are all champions for change and are inspiring their students and communities around them. pic.twitter.com/M9ktaVDX7f

— Peter Tabichi, MBS (@petertabichi) September 9, 2021

Diego Caiza fue pionero en el uso de métodos de enseñanza no tradicionales, como el trabajo en grupos pequeños para fomentar el trabajo en equipo y la empatía, buscar el acuerdo a través del diálogo y enfatizar el valor de otras opiniones.

Además lideró un proyecto para reparar equipos informáticos averiados y reducir el volumen de desechos electrónicos en el medio ambiente. Después de la reparación, las computadoras se donaron en buenas condiciones técnicas a instituciones educativas rurales, junto con capacitación y servicio técnico gratuitos.

Reconocimientos

En 2020, Diego Caiza fue nombrado Educador Innovador de Microsoft, y la Fundación Telefónica lo reconoció como un impulsor del pensamiento computacional para el desarrollo de habilidades clave. Sus alumnos también ganaron el concurso MY FIRST CODE 2020 en su categoría, así como el Concurso INFOMATRIX-Ecuador 2018 (categoría Innovación) y el IX Concurso Latinoamericano 2017.

El docente ha segurado que si gana el Global Teacher Prize, creará una fundación que utiliza aulas móviles para llevar computadoras, conectividad a Internet y conocimientos STEM a los niños pequeños en las áreas más remotas de Ecuador.

Los estudiantes podrían poner en práctica sus ideas y estar capacitados para resolver problemas en su área local. Las aulas móviles se trasladarían luego a otras comunidades una vez cumplida su misión.

 

 

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