Dile adiós al tabú de los juguetes sexuales en cinco sencillos pasos y disponte a disfrutar sola o en pareja

En los últimos años el uso de los juguetes sexuales se comenzó a popularizar, pero persiste el tabú. Muchos aún sienten que son objetos extraños que pueden entorpecer e incluso poner en tela de juicio su desempeño sexual. Otros creen que son para gente mayor o aburrida de su relación sexual. Nada más lejos de la realidad, según los expertos.

• Sex Toys: conoce las tres reglas de oro para elegir tu primer juguete sexual y quedar gratamente satisfecha

Terapeutas de pareja y sexólogos aseguran que usar sex toys es tan natural como utilizar un masajeador o un cepillo de dientes eléctrico. Así que con un poco de creatividad las parejas pueden descubrir un diferente tipo de erotismo. Sobre todo porque al hablar de sexualidad son los miembros de la pareja quienes tienen la última palabra y no todo está dicho.

Cinco pasos para liberarte del tabú de los juguetes sexuales

Foto de Freepik.

1. Los juguetes sexuales comprenden una amplia gama de opciones. Comienza por lo básico: aceites esenciales, plumas, un trozo de tela de seda, un guante de baño… Cualquier objeto que sirva para acariciar, tocar o deslizar por el cuerpo.

2. Si eliges comprar un dispositivo más avanzado, míralo como un masajeador. Realmente los vibradores, esferas y dildos son eso, diferentes tipos de masajeadores que estimulan las zonas erógenas, para usarlos solos o acompañados.

3. Hablando de compañía. Si te resulta incómodo o vergonzoso el uso de algún juguete sexual, comienza a explorarlos en total intimidad. Ni siquiera se habla de masturbarse, sino de ir estimulando zonas como pecho, abdomen, glúteos, axilas, muslos y cualquier parte donde produzca placer.

4. Ten presente que un juguete sexual no reemplaza a tu pareja. Solo es un complemento que puede ayudar a despertar esas zonas que se han adormecido por efectos del estrés, las creencias en torno al sexo o algunas patologías físicas o psicológicas.

5. Recuerda que tu sexualidad es tuya. No tiene que responder a patrones establecidos ni modelos creados por la pornografía, el cine o la televisión. En una alcoba solo sucede lo que los miembros de la pareja deseen. Ni más ni menos. (E)