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Mira qué se requiere para someterse a una manga gástrica, es vital la ayuda psicológica y nutricional

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La gastrectomía o manga gástrica es un procedimiento quirúrgico indicado para la pérdida de peso, que se realiza de manera poco invasiva mediante laparoscopía, con la que se insertan diversos instrumentos para extirpar hasta 80 % del estómago y reducir la cantidad de alimentos que el paciente ingiere.

Las cirugías de gastrectomía o manga gástrica son realizadas cada vez más entre personas que requieren otro tipo de tratamiento a la obesidad y entre personas cada vez más jóvenes, coincidieron especialistas a propósito del Día Mundial de la Obesidad que se conmemoró el viernes 4 de marzo.

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Martha Patricia Sánchez, jefa de la Unidad de cirugía bariátrica del Hospital Civil de Guadalajara, México, dijo a Efe que en los últimos años este tipo de cirugías han ido al alza no solo porque son procedimientos relativamente fáciles y baratos de realizar, sino también porque los pacientes no tienen información de su implicaciones a corto y mediano plazo.

“Muchos médicos no certificados o con una ética no adecuada les ofrecen una manga porque es la que saben realizar y porque la cobran más barata que un bypass gástrico, mucha gente se va por la manga por el precio”, dijo la bariatra.

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Qué se necesita para optar a una manga gástrica

Para someterse  a una manga gástrica el paciente debe llevar un protocolo de medición de glucosa, peso, índice de grasa corporal y otros exámenes que definan posibles enfermedades crónico degenerativas, además de evaluación psicológica para saber si es candidato a esta cirugía o a una de otra complejidad.

Que el paciente obeso elija una opción que no se ajusta a sus características o no llevar un adecuado seguimiento hace que el tratamiento falle y que recuperen peso en vez de perder kilos, agregó.

Ayuda psicológica y nutricional

El seguimiento psicológico es uno de los aspectos más importantes para este tipo de pacientes pues muchos de ellos tienen enfermedades psiquiátricas como ansiedad y depresión que evitan que pierda peso y consuma más calorías de las que debe, afirma el doctor Castañeda.

“Ese es el principal problema que tenemos, los pacientes se operan y si no se les hace hincapié en que estos problemas de no atenderse posterior a la cirugía, están destinados a que la cirugía se convierta en un fracaso, de ahí la importancia de que se sometan a un manejo multidisciplinario con psicólogos y nutriólogos”, explicó.

Este manejo incluye la actividad física diaria que les permita no solo perder peso sino favorecer un estado de bienestar que contrarreste lo emocional.

“Así tengan la mejor cirugía, la mejor dieta o actividad física, si tiene una enfermedad psiquiátrica no va a avanzar de manera adecuada y al final le va a echar la culpa a la cirugía o buscarán tener otro tipo de tratamientos más extremos”, advierte.

Este tipo de cirugía aumenta

El médico especialista en obesidad José Castañeda señaló a Efe que las cirugías de manga gástrica que ha realizado a adolescentes o adultos jóvenes aumentaron en más de un 20% en los últimos años, debido a que la obesidad está presente en niños de edades muy tempranas.

“En jóvenes es algo que se está haciendo de manera más frecuente, por desgracia estamos detectando casos de diabetes en niños en México y aquí necesitamos concienciar a los padres de familia porque este es un problema grave de salud”, señaló.

México es el primer lugar en obesidad infantil y el segundo con más pacientes adultos con obesidad mórbida en el mundo.

La nueva vida de Vianey tras someterse a la manga gástrica

En agosto de 2021, Vianey Cabrera Rodríguez fue sometida a una manga gástrica para combatir los más de 120 kilos que pesaba en aquel momento y que no había podido bajar con ningún tipo de régimen alimenticio.

La joven de 31 años contó que conoció este procedimiento apenas un mes antes, tras escuchar el testimonio de una cantante y una "influencer" que se habían practicado esta cirugía.

La pesadez, el cansancio y sueño permanentes además de la depresión que sentía por la incomodidad con su ropa holgada la hicieron decidirse por esta opción.

“Era consciente de algunas cosas pero no hacía nada por cambiarlas, se me hacía muy difícil estar en una dieta, era complicadísimo, estaba de malas, me dolía la cabeza, todo el tiempo tenía hambre, pero también me dolían la espalda, las rodillas, no me quedaba la ropa”, explicó.

A seis meses de la cirugía, Vianey perdió 30 kilos y espera bajar al menos otros 20 con los cambios de alimentación y la actividad física que ha incorporado a su vida y que han mejorado su autoestima y aminorado la depresión que sentía. (I)

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