Así recuerdan 2 maestras a Julián Álvarez, quien es de un pequeño pueblo
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Así recuerdan dos maestras a Julián Álvarez, el futbolista argentina que salió de un pequeño pueblo agrícola llamado Calchín y se convirtió en el nuevo ídolo de su país

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Calchín, un pequeño poblado en Argentina, en donde solo hay 3.000 habitantes tiene un nuevo ídolo. Se trata de Julián ‘Araña’ Álvarez, delantero consagrado con la Albiceleste en el Mundial de Catar-2022, que es recordado en su villa natal por ser "buena persona y solidario". Así lo describen sus amigos, maestras y familiares, en declaraciones […]

Julian Álvarez
Argentina's forward #09 Julian Alvarez and Croatia's defender #20 Josko Gvardiol fight for the ball during the Qatar 2022 World Cup football semi-final match between Argentina and Croatia at Lusail Stadium in Lusail, north of Doha on December 13, 2022. (Photo by Jewel SAMAD / AFP)
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Calchín, un pequeño poblado en Argentina, en donde solo hay 3.000 habitantes tiene un nuevo ídolo. Se trata de Julián ‘Araña’ Álvarez, delantero consagrado con la Albiceleste en el Mundial de Catar-2022, que es recordado en su villa natal por ser "buena persona y solidario".

Así lo describen sus amigos, maestras y familiares, en declaraciones a la AFP.

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"A los 7 años era un niño muy solidario, muy responsable, estudioso y dado a ayudar a sus compañeritos. Ahora es un crack, es un grande, al lado de (Lionel) Messi", relata Patricia Magnino, una de sus maestras en la pequeña escuela primaria Rivera Indarte.

Calchín, en el noreste de la provincia de Córdoba, está enclavado en un rico territorio rural e industrial.

Otra de sus docentes, Graciela De Barberis, dice que "siempre se destacó por su humildad y por hablar poco"

 "Los sueños se hacen realidad si uno trabaja por ellos. Y la familia tuvo mucho que ver", acota.

En la antigua escuela de Julián Álvarez se ven las mesitas y sillas de fórmica en donde estudió él.

"Es un mundo modesto y sencillo, pero sin pobreza", retrata la AFP.

A la entrada del pueblo, en las paredes y en la escuelita hay gigantografías del ídolo, con leyendas como "Julián, orgullo calchinense" y arañas dibujadas de gran tamaño.

Calchín está rodeado de campos de cereales y ganadería.

No hay ningún edificio en altura.

Son todas casas de una sola planta, delimitadas por calles de asfalto y arboledas de especies típicas como quebrachos blancos, pinos, algarrobos y chañares.

Pero en el pueblo ahora solo se habla de fútbol. "Julián es un orgullo. Me acuerdo que le enseñé matemática, lengua, ciencias sociales. Pero su fuerte era el deporte, donde brilla. Lo quiero mucho", afirma De Barberis.

La docente evoca con picardía haberle presagiado en aquel entonces que lo iban a venir a buscar "los periodistas para hacerle notas, y a él le daba vergüenza".

"Es el máximo embajador que tenemos. Lo vimos criarse. Es un ejemplo para nuestros jóvenes. Y no sólo por sus cualidades de jugador sino como persona", asegura el alcalde, Claudio Gorgerino, detrás de su escritorio, delante de banderas y cuadros alusivos.

Julián Álvarez y sus primeros goles en Calchín

Apodado la Araña por su habilidad para atrapar pelotas y mandarlas a la red, el atacante de 22 años lleva cuatro goles en el Mundial, dos de ellos clave en el partido semifinal ante Croacia (3-0), otro contra Polonia (2-0) y uno frente a Australia (2-1).

Sus primeros ‘palotes’ futboleros los hizo en el Club Atlético Calchín.

La cancha tiene sólo una tribunita de cemento para unas 150 personas. Alrededor se ven los campos cultivados, el cielo y la inmensidad de la fértil pampa húmeda argentina, a más de 800 km de Buenos Aires.

Los colores del club local, con cinco estrellas ganadas en la liga regional, son iguales a los de River, el que lo lanzó al primer nivel. No duró mucho en Argentina: meses antes del Mundial se lo llevó el inglés Manchester City.

Julián Álvarez no se olvida de sus raíces: A su primer entrenador le regaló una camioneta para que trabaje:

Julián siempre piensa en la gente del pueblo. En su perfil de Twitter tiene como portada una bandera con la palabra Calchín y nunca duda en hablar de su pueblo.

A su primer entrenador, Rafael Varas, le regaló hace pocos años una camioneta para que pueda cumplir con uno de sus varios trabajos, el de repartidor.

"Julián tuvo un gesto enorme en regalarme la camioneta. No lo esperaba, pero conociendo la persona que es, no esperaba menos", comentó Varas recientemente en una entrevista de TV.

 

No se ve nadie en las calles. Reina un silencio bucólico. Así es la vida en los lugares de la pampa, granero mundial de alimentos. Hay algunos establecimientos pequeños de metalurgia y no mucho más. En lengua nativa, Calchín significa Paraje Salado.

Habla el padrino de bautismo de Julian:

Raúl Campoli, padrino de bautismo, afirma: "Aquí nos conocemos todos y el fútbol siempre fue primordial para Julián. Pero también el estudio. Fue abanderado de la escuela", dice.

"Como jugador ya se veía que era distinto. Hacía goles siempre", señala el padrino.

Uno de sus amigos y excompañero de equipo, Tomás Romero (23), relata que "con Julián teníamos el as de espadas. Es un héroe. Hizo un montón por nuestro pueblo para que sea reconocido en el mundo".

"Mostraba gran habilidad para pasar a los rivales y lo vi hacer un gol de rabona (cruzando un pie detrás del otro). Dejaba a todo el mundo con la boca abierta", recuerda el muchacho.

Y en la élite del fútbol, otro formador, el DT Pep Guardiola, varios años después coincidió con las maestras de primaria de la ‘araña’.

"Con Julián Álvarez no nos equivocamos. Sabíamos que era un chico fantástico y lo comprobamos (…)", dijo meses atrás el galardonado entrenador del Manchester City al sitio web de la FIFA.

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