Comunidad
Sensibilidad innata al medio ambiente ha llevado a Roberto Manrique a liderar y ser parte de iniciativas ecológicas: Este es el nuevo proyecto al que se suma el actor y activista ecuatoriano
¿En qué momento te diste cuenta de que debías hacer algo por la Tierra?
Con JuntosXLaTierra te comprometiste con muchas personas a plantar árboles a cambio de su ayuda mientras viajabas, ¿fue complicado convencerlos de la propuesta?
No fue complicado porque tuve a muchas personas que me dijeron que sí, pero definitivamente, hubo mucha gente que ni siquiera me creía, que ni siquiera se volteaba a escuchar mi historia. Yo era el clásico personaje que te encuentras en la calle con una historia difícil de creer y te pide algo, que seguramente algunas son verdad y otras no. La mía era verdad. Hubo toda la combinación de respuestas posibles, pero por fortuna, suficientes respuestas positivas como para poder seguir avanzando y sobrevivir y hoy estar aquí.
¿Lograste el compromiso que te planteaste?
Yo prometí plantar 33.494 que en teoría yo plantaba al llegar a mi destino en Santiago de Chile. Por las manifestaciones del 2019, la reforestación con la cual yo estaba aliado se canceló y eso hizo que yo quede con la deuda. Un lado positivo del 2020 fue que dio tiempo para pensar en un plan y crear la campaña JuntosXLaTierra, con la cual, logramos no solo saldar la deuda, sino ascender y plantar 260.000 árboles entre Los Andes, La Amazonía y la región de Cusco en Perú. Sin embargo, ahí no termina y estamos con un nuevo plan.
Ahora serás parte del programa Agentes de Cambio, ¿Qué te emociona de este nuevo proyecto?
Múltiples cosas. Primero trabajar con personas tan especiales como Claudia Salem y todos los ecoexpertos convocados. Eso se conecta con la idea de que uniendo fuerzas mejoras tú, porque estás en contacto con personas que tienen capacidades que tú no. Yo estoy feliz de poder llenarme de inspiración, de talento, de motivación, de energía. Segundo, porque disfruto muchísimo de la presentación en tv, es un aspecto que me hace muy feliz y ponerlo al servicio de la sostenibilidad, me encanta. Y por último, porque es un programa pensado para generar impacto, para llevar a niños la motivación, compromiso y acción ante los retos que se presentan. Entonces es muy redondito el proyecto, con la manera en que me llena y tiene el potencial de hacer la diferencia.