Martha Herrera es mamá, amiga y socia de Sthepanie Benítez
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Mamá, amiga y socia: Martha Herrera encontró en la moda una forma de emprender junto a su hija Sthepanie Benítez

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Quito / Jennifer Guamán  La jubilación se convirtió en una bendición para Martha Herrera (59). Lejos del descanso, después de haber trabajado de manera ininterrumpida por 33 años en una entidad bancaria, decidió apoyar a su hija Sthepanie Benítez (32) en el sueño de tener su propia marca de ropa ecuatoriana. Publicidad Aunque le habían […]

Un emprendimiento de moda junto a su hija Sthepanie Benítez motivó a que Martha Herrera deje atrás el mundo de los bancos, garantías y avalúos. Foto: Cortesía
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Quito / Jennifer Guamán 

La jubilación se convirtió en una bendición para Martha Herrera (59). Lejos del descanso, después de haber trabajado de manera ininterrumpida por 33 años en una entidad bancaria, decidió apoyar a su hija Sthepanie Benítez (32) en el sueño de tener su propia marca de ropa ecuatoriana.

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Aunque le habían propuesto prestar sus servicios en otras empresas, cuenta que ya no quería seguir haciendo lo mismo. Dejó atrás los avalúos, aprobación de créditos, verificación de garantías y demás labores bancarias para abrirle la puerta al fascinante mundo de la moda.

La oportunidad de asociarse con su hija le llegó hace casi dos años, cuando Sthepanie, quien ya había iniciado el negocio, estaba dispuesta a abandonarlo para alinear sus planes con los de su esposo de nacionalidad española. “Ella se iba a ir a España, dejando su marca en expansión; así que le dije que me dejara ayudarla”, recuerda.

“A mí se me hacía un poquito feo decirle a mi mamá que trabaje conmigo luego de que ha trabajado casi toda su vida. Cuando ella me dijo que quería apoyarme fue la mejor la noticia”, interviene Sthepanie.

Desde entonces, Martha es la encargada de casi toda la logística del emprendimiento al que llamaron Textme. “Retiro las muestras de las fábricas y se las envío a Steffy, que está en Madrid, para que las apruebe. Una vez que aprueba las prendas se envían a producción y luego las voy a retirar para su distribución”, explica emocionada por hacer algo distinto.

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Apoyo incondicional

Martha se ha acoplado muy bien en sus nuevas tareas y junto a Gracia María Cajas, quien también es socia, brinda atención a los clientes que llegan a través de la cuenta de Instagram @textme.ec.
Tanto es el amor y empeño que le pone a lo que hace que hasta creó una esencia para la marca.

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“A mi mamá se le ocurrió comprar esencias de naranja y maracuyá y juntarlas con alcohol para colocarle en las manos a las clientas que llegan a los ‘showroom’. Incluso ella misma decoró frasquitos para enviarle el aroma en los pedidos. Ha sido un apoyo muy importante para el crecimiento del negocio, todo lo que se ha logrado se lo debo, principalmente, a ella”, relata Sthepanie agradecida por la entrega de su madre.

Conmovida por las palabras de su hija, Martha no duda en decir que las mamás son incansables. “El cansancio no tiene ninguna validez cuando se hace lo que le gusta y más si se ve esa satisfacción en el rostro de las personas que uno quiere tanto”, asegura con voz entrecortada.

"Para mí es una oportunidad poder emprender junto a mi hija. Me llena de satisfacción ver que el sacrificio que ella hace está rindiendo frutos".
Martha Herrera

Martha Herrera se encarga de la recepción de pedidos a través de Instagram. Foto: Cortesía

Toda una ‘fashionista’

Atrás quedó la Martha a la que no le interesaba comprar ropa cuando salía con su familia o tener un armario con ‘outfits’ listos para su uso. Ahora, es la primera en lucir las colecciones de su hija Sthepanie.

“Como yo retiro las prendas de las fábricas, enseguida le llamo a Steffy para decirle me voy a quedar con esta, la otra y aquella porque son realmente lindas”, detalla.

Agrega que el emprendimiento le ha demandado conocer sobre texturas de telas, colores y combinaciones. “Me ha tocado aprender porque a veces las chicas me preguntan si tal prenda es 100 % algodón o si le queda bien con otra prenda y uno tiene que saber lo que está vendiendo”, concluye. (I)

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REDACCIÓN

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