Guayaquil es la primera ciudad del mundo en brindar terapias de estimulación cerebral con inteligencia artificial, de forma gratuita

Como un “paso histórico”. Así calificó la alcaldesa Cynthia Viteri la apertura del nuevo servicio denominado Brain Room (cuarto del cerebro).

El servicio consiste en ayudar a las personas que lo necesite a autorregular el funcionamiento del cerebro, para recuperar las capacidades perdidas, a través de sonidos y mediciones de las conexiones eléctricas cerebrales de personas con ansiedad, depresión, autismo, problemas de lenguaje o adicciones. La Municipalidad desarrolla este programa a través de su Dirección de Inclusión Social (DIS).

“Somos la primera ciudad en el mundo que da este servicio gratuito a la ciudadanía”, destacó la alcaldesa, quien citó como ejemplo a un niño que tenía problemas de lenguaje, que había aprendido 80 palabras en un año y luego de un mes recibiendo estas terapias de estimulación cerebral a través de inteligencia artificial, aprendió 300 palabras.

Viteri informó que son 300 los pacientes y alrededor de 9000 las sesiones que están dentro del contrato entre el Municipio de Guayaquil y el centro de entrenamiento cerebral Brain Room.

La terapia

La directora de la DIS, Ximena Gilbert, informó que este es un servicio de estimulación cerebral a través de inteligencia artificial.

“Son sesiones de terapia que se dan a niños, adolescentes, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual, autismo, ansiedad, depresión, problemas de lenguaje, dificultades emocionales en el sueño. Esto regula al cerebro a través de inteligencia artificial. Es una tecnología única en el país, nosotros somos la primera ciudad en el mundo que la da gratis”, indicó la funcionaria.

Gilbert puntualizó que son aproximadamente 30 sesiones gratuitas por persona, para 300 chicos, y la inversión municipal es de alrededor de 108 000 dólares.

“Luego de ver los resultados de estos 300 chicos en cuatro meses, vamos a renovar el contrato y esperamos duplicar el número de beneficiarios para el próximo año, para cambiar más vidas en la ciudad”, anunció la directora de la DIS.

La inversión municipal es de alrededor de 108 000 dólares. Foto: Cortesía

Efectos positivos

Gilbert calificó a los efectos como “espectaculares”. Reveló que había chicos que no hablaban, pero que con las terapias ya comienzan a decir muchas más palabras, controlan sus emociones, reducen agresividad, mejoran problemas de sueño, estabilizan problemas de insomnio, disminuye la ansiedad y la depresión. “Hay mejoras en la parte cognitiva de los chicos”, explicó Gilbert.

De los 300 cupos disponibles para los beneficiarios de las terapias gratuitas de estimulación cerebral con inteligencia artificial, la DIS ya registra a 100 pacientes que provienen de la Red de Apoyo Familiar. “Vimos qué chicos no tenían ninguna terapia, no recibían ningún tipo de atención y a quienes esta terapia les iba a servir”, señaló.

Los familiares de niños, adolescentes y adultos con discapacidad, ansiedad, depresión, problemas de lenguaje, insomnio, trastornos del sueño, entre otras condiciones, que no tienen los recursos económicos para acceder a este servicio, pueden inscribirlos al enviar un mail al correo electrónico de la DIS: [email protected].

También se brinda información en las redes sociales de la Dirección de Inclusión Social, @disalcaldiagye en Instagram, Twitter y Facebook.

Un servicio para los más necesitados

“Quiero darle las gracias al Municipio por permitirme servir a las personas que más lo necesitan”, dijo Francisco Vélez, fundador de Brain Room.

Por su parte, Conny Hidalgo Miranda, madre de un joven de 16 años con autismo, durante mucho tiempo esperó que su hijo tenga la oportunidad de acceder a este tratamiento de sesiones de estimulación cerebral con inteligencia artificial.

Visiblemente conmovida, se dirigió a la alcaldesa: “Para mí es un motivo de gran emoción. Tengo un hijo de 16 años, siempre estuve buscando este tratamiento. Es mi único hijo y por ende, usted sabe que los padres no somos eternos y el tratamiento para él es un sueño hecho realidad. Esto es algo que yo venía buscando hace tiempo, pero los medios económicos no permitieron que lo hiciéramos realidad. Ahora solo me queda decirle ¡gracias!, ¡muchas gracias de todo corazón!”. (I)