Reconoce los pasos a tomar si tu hijo es quien hacer ‘bullying’

Redacción Súper/Carlos Guadalupe

Hay que saber qué hacer saber si nuestro hijo es el que hace acoso a sus compañeros, las señales y signos que se pueden notar en su conducta en casa y en la escuela.

“La reacción de los padres al inicio puede variar, unos se asustan, otros se preocupan, se desconciertan… pero también quienes se alegran, aunque no parezca, existen padres que sacan pecho porque su hijo es el ‘bravucón’ de su salón… entonces lo primero es estar consciente de que existe un problema en la conducta del menor, y que se debe resolver”, señala Isabel Montaño, psicóloga.

El siguiente paso es actuar sobre el desencadenante de su actuación violenta, tratar de resolverlo si se encuentra dentro de la dinámica familiar, y si es causado por factores externos se deben analizar las posibles soluciones.
Las quejas o citaciones de la escuela serán un parámetro para dimensionar la situación, siempre tomada como la seriedad del caso, nunca subestimar lo que pasa.

“Hablar con el niño es lo primordial, no se trata de reprenderlo o castigarlo como primera medida, hay que conectarse con el menor, sentir empatía, analizar juntos el alcance de sus acciones a corto y largo plazo”, añadió.

Sobre el castigo, la especialista descarta por completo cualquier tipo de maltrato físico, verbal o psicológico, Montaño hace referencia a correctivos, como impedir el acceso a ciertos privilegios con los que contaba: videojuegos, salir con amigos, celulares, competencias deportivas, mesadas, televisión, entre otros.

“Esto siempre deben tener un objetivo y el niño debe estar consciente de aquello, de nada sirve privarlo de estos gustos si no sabe por qué se lo hace… y que en un tiempo determinado, de acuerdo con la evolución de su conducta le serán devueltos”, añadió. (F)

“Un niño agresivo o que abusa de otros menores puede estar pidiendo ayuda en el fondo, tratando de llamar la atención”
Isabel Montaño
Psicóloga

A un especialista

En ciertos casos será necesario acudir a la ayuda de un especialista, por ejemplo, cuando no se sabe la causa de la agresividad o si no existen cambios en su comportamiento.

En ningún momento un caso de acoso, por más ‘leve’ que parezca, debe ser subestimado, tratado como algo simple o pequeño. Los padres deben poner especial atención en estas conductas que tienden a evolucionar. (I)