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Ecuador

¿Qué factores de riesgo presenta el grupo de 20 a 49 años ante el coronavirus?

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En Ecuador el rango de edades de 20 a 49 años de edad tiene la cifra más alta de contagiados por COVID-19. ¿Qué los hace estar en riesgo ante este coronavirus?

Los especialistas consultados coinciden en las afirmaciones de la Organización Mundial de la Salud, no es solo la edad, hay otros factores que los hacen más propensos a la enfermedad.

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Personas con problemas cardiacos, pulmonares, renales, hepáticos, neurológicos, con cáncer. La obesidad y diabetes también son factores de riesgo.

Con el pasar de los días se suman más pistas en la búsqueda de información para entender con mayor precisión los efectos en la salud que genera el virus SARS-CoV-2, causante de la neumonía por coronavirus o COVID-19.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronunció el lunes pasado sobre estudios que aseguraban que la nicotina podría ser un factor protector ante el nuevo coronavirus: No, los fumadores corren mayor riesgo de sufrir síntomas graves y de morir por COVID-19.

"El COVID-19 es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente a los pulmones. Fumar afecta a la función pulmonar, lo que dificulta al cuerpo la lucha contra los coronavirus y otras enfermedades. El tabaco también es un factor de riesgo importante para las enfermedades no transmisibles como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes, que ponen a las personas con estas condiciones en un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves cuando se ven afectadas por COVID-19. Las investigaciones disponibles sugieren que los fumadores corren un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves y de morir", se detalla en un comunicado de la OMS.

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La doctora Greta Miño, pediatra infectóloga, suma otros factores de riesgo que deben tener en cuenta las personas que se exponen a zonas de posible contagio de COVID-19: personas con problemas cardiacos, pulmonares, renales, hepáticos, neurológicos, con cáncer. La especialista refiere también la obesidad y diabetes como factores de riesgo.

"La obesidad o diabetes se manifiesta como una respuesta inmune o una función inmune alterada llevando a mayor riesgo de infecciones", detalla.

Historia de un sobreviviente de COVID-19

El doctor Carlos Solís, jefe del departamento de Endocrinología del Hospital General Los Ceibos, tenía este factor de riesgo hace dos meses. Esta condición, asegura, aumentó las probabilidades de contagio del virus SARS-CoV-2 y de la gravedad de sus efectos.

"Lo más grave es la grasa que se ubica alrededor de los órganos principales, porque este adiposito, que pensábamos que era una célula vaga, que nos hacía ver menos bonitos -si cabe el término- es una célula altamente activa, que produce más de 20 sustancias diferentes, entre estas, proteínas inflamatorias, citoquinas, factores que desencadenan inflamación", explica Solís y añade que estas sustancias desequilibran las funciones del organismo, como el sistema inmune.

"Al inflamarse, está en predisposición a hacer hipertensión, diabetes, las dos cosas, presentar trastornos de coagulación, infartos de manera súbita, trombos al pulmón, derrames cerebrales, una gama de más de 20 a 30 cánceres asociados a obesidad".

Solís presentó síntomas de COVID-19 en la segunda semana de marzo, unos cinco días después fue ingresado al hospital donde labora porque su cuadro se complicó. Tal fue la gravedad de su caso que permaneció entubado por doce días en la unidad de cuidados intensivos de esa casa de salud.

"Es un desencadenante, un disparador de un proceso inflamatorio generalizado, o sea, se monta en el individuo, provoca estos síntomas iniciales, a veces, muy débiles, y produce una cascada de respuesta inflamatoria y finalmente se mete en la cascada de la coagulación intravascular diseminada. Entonces hemos visto gente joven que se enferma de COVID y rápidamente se complica y termina en unidades de cuidados intensivos y que fallecen por respuestas inflamatorias muy agudas", lamenta el doctor Solís.

La diabetes es otro factor de riesgo relacionado con la inflamación en el organismo. El portal www.agenciasinc.es recoge en su publicación La inflamación es clave en el deterioro vascular asociado a la diabetes que un grupo de investigación FARMAVASM (Farmacología Vascular y Metabolismo), del departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), propuso un mecanismo que puede explicar en qué condiciones la glucosa elevada produce particularmente daño vascular.

Según el artículo, los investigadores, liderados por Carlos Sánchez Ferrer y Concepción Peiró Vallejo, demostraron que, en las células vasculares humanas, la entrada de glucosa no se modifica cuando aumenta su concentración extracelular, excepto cuando las células están previamente inflamadas.

En estas células inflamadas, además, una parte de este exceso de glucosa consumida es desviada por una ruta metabólica determinada, denominada vía de las pentosas, que aumenta la producción de la forma reducida de un compuesto conocido como nicotinamida adenina dinucleótido fosfato (NADPH).

“Este compuesto, que en ausencia de inflamación ostenta un papel fundamental en la formación de uno de los principales mecanismos antioxidantes celulares, el glutation, tiene una acción diametralmente opuesta en células previamente inflamadas. En estas circunstancias, hemos observado que el aumento de NADPH se emplea como sustrato de una enzima pro-oxidante, la NADPH-oxidasa, que produce radicales libres y exacerba los procesos inflamatorios”, cita a Carlos Sánchez Ferrer, investigador de la UAM, el sitio especializado en salud.

La necesidad de un censo metabólico

"Nos ha pasado. Estás pasando visita, estás conversando con la persona y a los 10 minutos está con insuficiencia respiratoria aguda", comenta Carlos Solís, quien menciona la necesidad de que el país cuente con una encuesta sobre obesidad y diabetes (tipo 1 y 2), para entender el panorama de salud en el que nos encontramos, con el objetivo de preparar una respuesta frente a virus oportunistas como el SARS-CoV-2.

"Lamentablemente no tenemos datos nacionales, hay un par de estudios, pero nadie te puede dar datos nacionales ni de obesidad ni sabemos cuántos diabéticos tipo 2 hay ni tipo 1. Muchos tienen diabetes, pero no lo saben. Lo que sabemos son los datos latinoamericanos, que son escalofriantes. Se supone entre 5 y 7 de cada 10 ecuatorianos tiene obesidad, y eso es grave. Y obvio no solo te digo obesidad sino sobrepeso, entonces ya tienes una gran población de alto riesgo, olvidándote de las edades. Yo me agravé mucho más porque era obeso", refiere el médico internista de 43 años.

El portal mexicano www.cronica.com.mx recoge en una publicación que el pasado 8 de abril el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) encontró que el 48.3 % de los pacientes ingresados en los hospitales de 99 condados en esa nación eran obesos, 59% tenían entre 18 y 49 años. Según esa entidad la obesidad severa o tener un índice de masa corporal por arriba de 40 o más es una condición de alto riesgo para contraer la enfermedad de COVID-19.

Solís explica que las personas en ese rango de edad (18 a 49 años) son más propensas a desarrollar obesidad porque al ser parte de la población económicamente activa pasan por más de ocho horas en su trabajo:

"Nosotros no trabajamos para vivir, vivimos para trabajar. Hay gente que trabaja doce horas seguidas, nuestro consumo alimenticio no es balanceado, no es integral. Nuestros tiempos de alimentación en las empresas son de menos de media hora. Los ingresos que han tenido las empresas de comida rápida son multimillonarios. Por menos de $ 2 tienes acceso a una hamburguesa y una cola".

¿Ser joven garantiza una pronta mejoría?

La infectóloga Greta Miño explica que si la persona es joven puede reponerse de mejor forma que una de mayor edad, siempre que haya tenido hábitos saludables.

"Ejercicio y salud van de la mano. Hemos escuchado que el ejercicio ayuda a controlar enfermedades como la hipertensión, el colesterol alto, cáncer, alteraciones del sueño y la obesidad.

La gente que realiza ejercicios y son físicamente activos, tienen mayor posibilidad de llevar vidas más saludables y de larga duración. Y también mejora la función inmune (las defensas), ya que aumentan ciertas células que fortalecen la actividad inmune", explica la doctora Miño. (I)

Fuente: El Universo

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