El nacimiento de un polluelo de cóndor da esperanzas en la conservación de la especie, la fundación continuará con el monitoreo

El último crack de la rotura del cascarón significó una gran noticia para la capital de Ecuador, reseña el portal Quito Informa. Un polluelo de cóndor nació, este acto da esperanza a la fauna de esta especie. El nido se monitoreo por los técnicos de la Fundación Cóndor Andino, a pesar de la cuarentena obligada por la COVID-19.

“El 11 de diciembre se confirmó el nacimiento, tras el monitoreo permanente del nido", se alegra Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito. Desde el 2012, han monitoreado a la pareja de cóndores, hoy padres del pichón, por qué pudieron estudiar hasta sus patrones de reproducción.

Los primeros seis meses de vida del polluelo de cóndor serán cruciales para su desarrollo, pues es vulnerable de caerse del nido o que en los primeros vuelos tenga accidentes. Es decir, tendrá que pasar al menos 9 meses para que el ave se desarrollé y se acople a la población de cóndores del país.

El cóndor es una especie en peligro de extinción por el conflicto fauna-hombre. A esto se suma que esta especie tiene una baja tasa de reproducción que, en el mejor de los casos, provoca que la hembra ponga un huevo cada dos años. Sebastián Kohn, director ejecutivo e investigador de la Fundación Cóndor Andino, indica que “cada cóndor es de vital importancia para la conservación de la especie”.

#AHORA | nuestro equipo ha confirmado el nacimiento de un polluelo de #cóndor en el D.M. de #Quito?
A pesar de ser una buena noticia, el índice de mortalidad de los cóndores supera al de los nacimientos.
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Polluelo monitoreado por Fundación Cóndor, ¿puedes verlo?.
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— Fundación Cóndor Andino Ecuador (@CondorFundacion) December 11, 2020

En Ecuador, durante los siglos pasados se registraban cientos de cóndores, sin embargo, en la actualidad su población declina a niveles alarmantes. Kohn estima que su población no supera los 150 y señala que han muerto 20 cóndores envenenados en los últimos años.

“Por ese motivo, la noticia es positiva y nos permite albergar una esperanza, aunque se necesita esperar alrededor de ocho o nueve años para que ese cóndor se vuelva reproductivo", indica el director del Zoológico.

Según datos de la Secretaría de Ambiente, el 25 % de las áreas de hábitat del cóndor y nueve de los 22 nidos que se han documentado se encuentran en el Distrito Metropolitano de Quito. (I)