Ecuador
Los textos físicos y digitales deben ser un soporte para la educación
Actualmente el sistema educativo enfrenta uno de los más grandes retos de la historia: reinventarse, adaptarse y garantizar su calidad. En ese sentido, las instituciones educativas se han visto obligadas a implementar planes estructurados, que incluyan programas virtuales y vayan acompañados de recursos que sean una guía para docentes, estudiantes y familias. Para Magdalena Nemalceff, […]
Actualmente el sistema educativo enfrenta uno de los más grandes retos de la historia: reinventarse, adaptarse y garantizar su calidad. En ese sentido, las instituciones educativas se han visto obligadas a implementar planes estructurados, que incluyan programas virtuales y vayan acompañados de recursos que sean una guía para docentes, estudiantes y familias.
Para Magdalena Nemalceff, docente de bachillerato, las instituciones deben evitar caer en el error de mirar a la educación presencial como sinónimo de “libro” y a la virtual, limitarla únicamente al acceso a internet. En ambos casos, lo que marca una diferencia es el soporte en el que se imparte la educación, mas no el fin.
“Estos programas educativos deben responder, sobre todo, a proponer un equilibrio entre lo impreso y lo digital, ya que la idea es que se complementen”, aseguró la docente.
Un programa virtual es aquel que contempla un ciclo de aprendizaje pertinente, una metodología definida que asegure una secuencia didáctica, recursos digitales que afiancen el proceso, un docente capacitado en todo el programa, un espacio virtual seguro que proporcione al estudiante protección ante ciberataques y, por supuesto, un texto escolar impreso, donde el alumno pueda plasmar sus progresos.
El texto escolar es un mediador, una guía que da luces al docente, al estudiante y a la persona que lo acompaña en su aprendizaje. Indica cuánto y cómo debe aprender un estudiante, teniendo en cuenta aspectos como la edad cognitiva, el nivel de comprensión lectora y los elementos de forma, que en su conjunto permiten al estudiante mantener la atención.
“Ante todos los cambios que tiene que incorporar el alumno en esta nueva modalidad de enseñanza virtual, es muy aconsejable no privarlos de una herramienta conocida, como es el texto impreso. El alumno está acostumbrado al texto impreso y si, ahora de golpe, se le priva de él, estamos añadiendo un nuevo cambio que los puede estresar. Por eso es necesario seguir brindando al estudiante el apoyo del texto impreso y los padres deberían exigir al colegio que no prescinda de él en estos momentos de tanta incertidumbre y cambios”, puntualiza Raquel Tamayo, psicóloga educativa.
Sandra Guerrero, docente investigadora, no está en cierta parte de acuerdo que es importante que las clases virtuales vayan acompañadas de un texto impreso. Sin embargo, no descarta la valía de su rol. “Comprar un texto que puede ser un free download, un pdf o cualquier información acreditada. Además, por temas económicos y ecológicos, no se debieran consumir, en lo posible textos impresos o exigir impresiones de textos para luego trabajar en esos impresos. Hay tantas plataformas, programas y aplicaciones educativas”, comenta la docente. (I)
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