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Los antindependentistas muestran su hartazgo tras violencia en Cataluña
Barcelona – AFP
Bajo el lema "¡Basta!", decenas de miles de antindependentistas marcharon este domingo en Barcelona por la unidad de España, y para mostrar su hartazgo tras la violencia que ha vivido Cataluña desde que fueron condenados a cárcel nueve líderes separatistas.
Portando banderas de España y de Cataluña y gritando "las calles son de todos", los manifestantes, unos 80.000 según la policía de Barcelona, recorrieron el elegante Paseo de Gracia, convocados por la entidad Sociedad Civil Catalana (SCC) y respaldados por los partidos antiseparatistas españoles. "Me siento español y catalán, no somos todos independentistas, estos días he sentido mucha pena", señaló a la AFP Joan López, un obrero de una fábrica de automóviles de 41 años. Afirmó que la violencia de estos días "es perjudicial para el ciudadano, de ambos lados, y para Barcelona". "Al principio lo ignoras (al proceso independentista) pero llega un momento en que hay que salir para decir algo", señaló Xavier Dalamantes, de 40 años, con una bandera española amarrada al cuello a modo de capa.
Precisamente, la SCC, que llamó a esta manifestación con el lema "Por la concordia, por Cataluña, ¡basta!", busca dar voz a la "mayoría silenciada" que no quiere separarse de España, en una Cataluña fuertemente dividida sobre el tema de la independencia. Esta marcha ocurrió un día después de que los independentistas volvieran a salir en masa a protestar contra las condenas a penas de hasta 13 años de cárcel a nueve de sus líderes por la tentativa de secesión de 2017.
El sábado en la tarde, 350.000 personas marcharon pacíficamente por la libertad de los presos, bajo un mar de banderas independentistas. Por la noche, 10.000 personas, en su mayoría jóvenes, se apostaron frente a la jefatura de la Policía Nacional en Barcelona para repudiar la "represión policial" de los últimos días.
Los manifestantes, muchos con el rostro cubierto, lanzaron botellas, petardos y pelotas contra la policía, que respondió con porrazos y balas de foam para dispersarlos.
En total, 44 personas recibieron atención médica, de los cuales 28 agentes de la policía, uno de ellos con una fractura en la rodilla, informaron los servicios sanitarios y la policía. Además, hubo 7 detenidos.
Fue el resurgir de una violencia que se había sosegado luego de fuertes disturbios registrados en Barcelona y otras ciudades catalanas a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo del lunes 14 de octubre.
Ese mismo día, miles de personas bloquearon parcialmente el aeropuerto barcelonés del Prat y de martes a viernes las manifestaciones independentistas se tiñeron de violencia, con escenas de guerrilla urbana, dejando más de 600 heridos, la mitad de ellos policías, y 212 detenidos.
Otras dos manifestaciones independentistas este domingo, una en el centro de la ciudad y otra en la principal estación de tren, transcurrieron sin incidentes.
En plena campaña para las legislativas del 10 de noviembre, a la marcha del domingo se unieron representantes del gobierno socialista y de la oposición de derecha.
Cataluña se opone "a la violencia y al sectarismo con el que los independentistas intentan fracturar la sociedad", lanzó el líder del conservador Partido Popular, Pablo Casado, pidiendo al gobierno socialista medidas extraordinarias "para garantizar el órden publico y las libertades" en la región.
Casado y el también presente líder de Ciudadanos (centroderecha), Albert Rivera, acusan al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, de ser débil frente a los independentistas, cuyo apoyo ayudó al líder del PSOE a llegar al poder en junio de 2018 mediante una moción de censurá que desbancó al conservador Mariano Rajoy.
El partido de ultraderecha Vox, muy duro contra el separatismo catalán, reunió el sábado en Madrid a 20.000 personas. "Frente a las traiciones del Partido Socialista, solo está Vox, y (…) frente al separatismo criminal, solo está Vox", afirmó su líder Santiago Abascal.
En medio de encuestas desalentadoras para el partido en el gobierno, que se estanca mientras la derecha sube, Sánchez busca mostrar firmeza ante el presidente catalán, el independentista Quim Torra.
Ha desoído sus llamados a una "negociación sin condiciones" para resolver la crisis y le pide que dialogue primero con la mitad no independentista de Cataluña. (I)