Lluvias podrían llegar a la Amazonía en los próximos días: Se espera que así aumente niveles en Coca Codo Sinclair

La crisis energética en Ecuador llega a nuevos niveles críticos debido a la drástica reducción en la operación de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande del país. Actualmente, la planta funciona a solo el 17 % de su capacidad, con la generación de 250 megavatios (MW) hasta este 13 de noviembre de 2024.

La cifra va muy por debajo de los 1.500 MW que puede producir en condiciones normales. Este declive se debe a la caída del caudal del río Coca, principal fuente de agua de la central.

También los embalses de otras hidroeléctricas, como el de Mazar, parte del Complejo Hidroeléctrico Paute,  están en niveles críticos, lo que llevó a las autoridades a tomar decisiones urgentes para mitigar el problema.

Desde el 9 de noviembre, el Gobierno extendió los cortes de luz a 12 horas diarias en todo el país, una medida que afecta a millones de ecuatorianos y que se implementó debido a la incapacidad del sistema para suplir la demanda energética.

A esto se suma la intermitencia en la operación de otras centrales, como Sopladora, que también se ha visto limitada por la falta de agua, forzando la planta a operar con solo una o dos turbinas.

El embalse de Mazar, que alcanzó un nivel crítico de 2.110 metros sobre el nivel del mar el pasado 9 de noviembre, se recuperó ligeramente hasta los 2.111 metros, lo que permitió que se reactive una turbina temporalmente.

Qué pasa con las lluvias en Coca Codo Sinclair

En medio de esta crisis, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) emitió un pronóstico alentador. Las lluvias en la Amazonía, clave para aumentar el caudal del río Coca, podrían incrementarse a partir del 16 de noviembre de 2024, lo que podría aliviar parcialmente la situación en Coca Codo Sinclair.

Sin embargo, en medio del estiaje que el Gobierno ha catalogado como el peor en más de 60 años, Ecuador no se puede confiar, aunque las lluvias llegan de vez en cuando la crisis no se alivia. Con ese panorama, las autoridades insisten en la compra de energía a Colombia, mientras que el Ejecutivo recibe la presión de estabilizar el suministro eléctrico, antes de que los apagones extensos afecten aún más a  sectores de la economía y ciudadanía.

(I)