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Ecuador

Líderes del planeta prometen un ‘frente unido’ ante un coronavirus que afecta a medio millón de personas

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París – AFP

El nuevo coronavirus ya infectó a más de medio millón de personas y mató a más de 23.000 enfermos en todo mundo, que vive con angustia la progresión de la pandemia, mientras que los líderes del G20 prometían este jueves un "frente unido" ante la crisis.

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Cerca de un tercio de la humanidad, unos 3.000 millones de personas, están obligados a confinarse en sus casas, y el número de naciones o territorios con casos declarados sube inexorablemente, 182 en total este jueves.

La enfermedad se extiende por todos los rincones del planeta y la situación sigue tensa en Europa donde Italia está a punto de alcanzar a China en número de infectados, España superó los 4.000 muertos, Francia registró un alza inquietante de defunciones en las últimas 24 horas (365) y Londres se adentra en el torbellino.

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Reunidos en una cumbre virtual, los líderes del G20 prometieron unirse en un "frente unido" y aseguraron que inyectarán 5 billones de dólares en la economía mundial para luchar contra la crisis.

Los mercados les creyeron y las bolsas terminaron con notas optimistas. En los hospitales de Madrid, de París, de Londres, donde esperaban un "tsunami", o en Zimbabue, donde los médicos se declararon en huelga ante la falta de medios, la lucha contra el enemigo invisible ponía a prueba los recursos y la resistencia de los sistemas públicos y privados de sanidad.

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"Sabemos que enfrentaremos enormes desafíos en el futuro en términos de producir suficiente espacio en los hospitales o suficiente personal que esté entrenado", indicó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.

Los expertos en Europa, donde las medidas de confinamiento se han ido endureciendo, esperan con mucha cautela una cierta mejora. "Los datos de los últimos días indican un cambio de tendencia", y que "el número de casos se podría estar aproximando a su máximo", aseguró el ministro de Sanidad español, Salvador Illa.

En Italia parece que hay cierta desaceleración en los contagios, pero el número de muertes siendo elevado y ya acumula 8.200 decesos, un tercio de todo el planeta. El balance mundial era de 23.293 muertos y 505.580 casos.

En el Reino Unido, que tardó en unirse a los países con medidas de confinamiento, se contabilizaron 115 muertos en las últimas 24 horas y en Francia, entre los 365 fallecidos en una jornada se registró el de una joven de 16 años.

"Tengo que elegir"

Con muchos hospitales desbordados, el personal médico se encuentra ante situaciones extremas. "Tengo que elegir. Se está muriendo gente que se podría salvar", dijo a la AFP Sara Chinchilla, una pediatra de 32 años que trabaja en Móstoles, cerca de Madrid.

En Londres, los hospitales públicos recibían un "tsunami continuo" de enfermos al tiempo que debían paliar una falta "sin precedentes" de personal porque muchos están infectados.

El confinamiento global, que desde esta semana incluye a los 1.300 millones de habitantes de India, se reforzó este jueves en Rusia, donde quedaron suspendidos los vuelos internacionales y cerraron, cafés, tiendas y parques en Moscú.

Desempleo en EEUU

En este mundo angustiado, la economía mundial vive su propia fiebre, entre los datos pesimistas y las promesas de ayuda.

En Estados Unidos, los pedidos semanales de subsidios por desempleo se dispararon, con un aumento de tres millones, un récord histórico.

El presidente Donald Trump propuso clasificar las distintas regiones del país según el riesgo generado por el coronavirus para ayudar a los estados a endurecer o flexibilizar sus medidas.

América Latina, con cerca de 9.000 casos y 150 muertos, también aplica medidas drásticas: cierre de fronteras, confinamientos obligatorios y toques de queda en algunos países.

Argentina se ha lanzado en una carrera contra reloj y tras decretar un aislamiento obligatorio, se ha concentrado en adquirir camas y equipos de cuidados intensivos.

En Santiago de Chile, supermercados y farmacias amanecieron con grandes aglomeraciones de personas apuradas por hacer compras antes del comienzo de una cuarentena.

"Tenemos miedo no sólo de quedarnos sin alimentos, sino de que las reglas de la cuarentena cambien y no nos dejen salir", afirmó Alberto Sierra, un venezolano de 38 años que hacía fila en un supermercado.

En África, poco preparada para encarar una crisis sanitaria de envergadura, siguen apareciendo primeros casos en nuevos países, como Mali o Libia, países en guerra. Kinshasa ensayará un confinamiento total de cuatro días, a partir del sábado.

Las oenegés hacen todo lo posible para ralentizar la propagación del virus en los países pobres y evitar una catástrofe en estas naciones, con sistemas sanitarios insuficientes, o que ya están azotadas por conflictos o crisis humanitarias.

El efecto devastador del coronavirus en estos países quedó demostrado el jueves, cuando Filipinas anunció la muerte de nueve médicos por la enfermedad.

Y Afganistán anunció la liberación de hasta 10.000 prisioneros, menores, mujeres, enfermos o mayores de 55 años para intentar frenar un aumento masivo de los contagios.

"Jugar a las cartas es un suicidio"

En China, donde irrumpió el COVID-19, la epidemia parece que se está frenando, pero las autoridades no bajan la guardia, y ahora concentran sus controles en el frente exterior.

Pekín limitará drásticamente la llegada de vuelos internacionales, y prohibirá, a partir de medianoche del sábado, la entrada al país de extranjeros, incluidos los que tienen permiso de residencia o visado.

China no ha dectectado oficialmente nuevos casos de coronavirus por contagio interno en los últimos dos días. Pero los contagios por gente que viene del exterior ya son cerca de 500, y las autoridades quieren evitar rebrotes.

En las calles de Huanggang muchos carteles recuerdan que el virus no ha desaparecido. "Reunirse para jugar a las cartas es un suicidio", dice una de las banderolas rojas colgadas, en referencia a una de las actividades preferidas de los jubilados chinos. (I)

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