Ecuador
La solidaridad no tiene fronteras en Manta
Manta, Manabí
Maricarmen Hernández llegó hace tres años a Manta desde Venezuela. Es parte de la diáspora de ese país que buscó mejores días en nación ajena.
Cuando inició la cuarentena debido al COVID-19, ella también cesó actividades de venta de alimentos y trabajos esporádicos. Con el paso de los días conoció de venezolanos, quienes comenzaban en redes sociales a solicitar alimentos o ayuda para evitar ser desalojados de los departamentos. Hace un mes nació el colectivo ‘La chama en Manta’, que recauda dinero y alimentos para entregar no solo a sus compatriotas, sino también a ecuatorianos y a quienes Hernández y un grupo de amigos busca en las calles principalmente hasta donde ellos salen en estos días en busca de unos centavos que les permitan subsistir en medio de esta pandemia. “Nos ayudan así sea con un dólar, con harina para hacer arepas y ya desde hace unas semanas nos dan alimentos que compartimos. Los casos que conocemos son dolorosos, personas que no tienen ni para comprar un bidón de agua, que las están sacando donde viven porque no tienen para pagar el alquiler”, destacó Hernández.
Esperan volver a su país
Ya algunos venezolanos han indicado en redes sociales que esperan el 4 de mayo para volver a la tierra de Bolívar, así sea a pie. Hernández indica que su ayuda también busca asesorar en temas legales y hasta conseguir atención médica, medicinas, aunque indicó que cada día la situación se está volviendo complicada porque los recursos comienzan a escasear y ella también debe velar por los suyos. Otro colectivo surgió hace menos de un mes en Manta para entregar raciones alimenticias. La lidera Steven Puertas, un mantense, quien dijo que al inicio de la cuarentena comenzó a observar en barrios de la parroquia Eloy Alfaro cómo familias clamaban por alimentos.
Hasta hace dos años, Puertas trabajó en la Empresa Pública Aguas de Manta, donde le dieron las gracias, pero señala que cuando trabajó en esa entidad conoció barrios donde había muchas carencias y de ellos se acordó cuando empezó la cuarentena.
“Yo siempre les decía a mis amigos, qué más mi cholo, sí te das cuenta que hay gente que no tienen qué comer, algo tenemos qué hacer”, indicó Puertas.
De ahí nació el colectivo ‘Qué más mi cholo’, que comparte con algunos amigos que en inicio le ayudaron con pequeñas cuotas económicas, alimentos no perecibles y otros ayudas las que comenzó a embalar en fundas e ir a varios barrios de Manta.
Así, con medidas de seguridad comenzó a entregar pequeñas raciones alimenticias a bordo de un triciclo y luego en camionetas de amigos. Su iniciativa fue conocida por un supermercado que le entregó algunas raciones, incluso golosinas que las entregó a niños.
“Llevarles una pequeña alegría a niños es grandioso, es lo mejor que me ha pasado en estos días, pero lamentablemente las restricciones por salvoconductos me ha limitado en estos últimos días, ya mis amigos no me pueden dar una mano, pero ahí veo cómo me las busco para llegar así sea con un limón, atún, un poco de arroz a quienes no tienen”, dice Puertas, quien en estos ayuda en su hogar vendiendo huevos y queso.
Puertas señaló que espera ayuda de representantes de empresas pesqueras para llevar atunes a familias pobres. Hernández también comienza a golpear puertas, enviar mensajes de WhatsApp y así llevar un aliento y una luz a familias que viven en tinieblas por el COVID-19. (I)