Ecuador
La inmunidad, ¿el camino de salida de la COVID-19?
París / AFP
¿Es posible estar protegido contra el coronavirus por el hecho de haber sufrido antes un resfriado? ¿Qué porcentaje de la población produjo anticuerpos contra la enfermedad? La ciencia sigue buscando respuestas sobre la inmunidad, que podría ser clave para evitar una segunda oleada.
"El hecho de que no hayan aumentado los casos de COVID-19 tras la flexibilización del confinamiento en muchos países es intrigante", admite el doctor François Balloux, del University College de Londres, en Twitter. Una de las posibles explicaciones es que "un porcentaje de la población cuente con una inmunidad preexistente al SARS-CoV-2", prosigue. Esto podría deberse a una "exposición pasada a otros coronavirus, responsables de resfriados banales". Y "podría explicar algunos fenómenos sorprendentes como los casos de parejas que no se contagian entre sí", agrega el doctor Balloux. Una hipótesis que baraja también Yonathan Freund, doctor en medicina de urgencias en el hospital parisino de la Pitié-Salpêtrière, tras haber observado un descenso importante del número de contagios entre el personal médico desde el inicio de la epidemia.
"Es pura especulación, pero podría deberse a que la gente tiene una inmunidad natural o adquirida", afirma a la AFP. Esta idea ya ha sido barajada por los científicos para tratar de entender por qué los niños no son víctimas en su inmensa mayoría de la COVID-19: los más pequeños podrían estar más protegidos porque se infectan más a menudo con otros virus responsables de resfriados.
Este concepto de "inmunidad cruzada" cobró fuerza a mediados de mayo con la publicación de un estudio estadounidense en la revista especializada Cell.
Según esta, entre 40 y 60 % de la población podría estar inmunizada contra la covid-19 incluso sin haber estado expuesta a ella, gracias a la acción de células protectoras, los linfocitos T, activados con anterioridad por otros coronavirus causantes de resfriados. Pero según sus autores esto no significa que la epidemia esté llegando a su fin.
"Nuestro estudio sugiere que una inmunidad preexistente podría ser uno de los factores, pero en este momento es solo una hipótesis y se necesitan otros trabajos", afirman a la AFP sus dos autores, Alessandro Sette y Shane Crotty, de La Jolla Institute for Immunology, en California.
Una prudencia compartida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). "No hay ninguna prueba de que una infección precedente con otro coronavirus impida contraer la COVID-19", estima Michael Ryan, uno de sus responsables.
Ya sea mediante inmunidad cruzada o no, cada vez son más los científicos que creen que no todo el mundo es susceptible de enfermar con la COVID-19. "No se puede presumir que todos los individuos son susceptibles por igual ni que están expuestos de la misma manera", indica a la AFP la doctora Gabriela Gomes, investigadora de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool.
"Sabemos poco de los factores que determinan estas variaciones individuales: podría ser una inmunidad cruzada pero también factores genéticos, la edad, el modo de vida, y lo más probable, una combinación de muchos elementos", prosigue.
Esto explicaría también por qué las primeras estimaciones apuntan a que la COVID-19 contagió a un pequeño porcentaje de la población en varios países (entre 5 y 10 %) e implicaría a la vez que el umbral de la inmunidad colectiva -es decir, el porcentaje de inmunizados necesario para acabar con la epidemia-, es más bajo de lo esperado.
Hasta ahora, se cree que ese dato se sitúa en torno a 60-70 % de la población. (I)
Inmunidad cruzada