Ecuador
La información falsa se propaga como el coronavirus
París – AFP
Teorías de la conspiración, tratamientos inapropiados o consejos falsos de prevención, la propagación relámpago de informaciones falsas de todo tipo sobre el nuevo coronavirus perjudica la lucha de las autoridades para frenar la pandemia.
Ya en febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
alertó sobre la "infodemia masiva" que rodeaba a la covid-19, es
decir, una sobreabundancia de informaciones, que no siempre son verdaderas o
exactas. "Las mismas informaciones falsas aparecen en Asia,
Europa, Estados Unidos y América Latina a pocas horas de diferencia",
explica Cristina Tardaguila, directora asociada de la red internacional de
factchecking IFCN, cuyos miembros, presentes en 45 países, comparten sus
artículos. "Hemos ganado batallas", con afirmaciones falsas
que han dejado de circular, asegura Tardaguila, "pero estamos perdiendo la
lucha vinculada con los falsos tratamientos y las falsas prevenciones".
Porque, a falta de un tratamiento médico contra el coronavirus,
los falsos remedios (tomar cocaína, beber lejía), las falsas recomendaciones
(no utilizar gel desinfectante porque es cancerígeno), los números de
emergencia falsos y las pruebas de detección falsas se multiplican por las
redes. Velocidad de reacción
Si la gente deliberadamente crea y comparte contenido falso,
con fines de conspiración -como los vídeos que afirman que el virus fue creado
en un laboratorio francés- o incluso comercial -como los falsos remedios a la
venta- "muchas personas" transmiten afirmaciones sin saber que son
falsas y, por tanto, sin "malicia", comenta Claire Wardle, experta en
la desinformación.
Con la introducción de medidas de contención en varios
países, el fenómeno se intensifica.
"Muchas personas están en casa solas, así que todos se
envían mensajes porque la gente está asustada y quiere ayudar", destaca la
experta.
Y especificidad de esta crisis sanitaria mundial, que ha
causado más de 10.000 muertes en el mundo desde su aparición en diciembre, es
justamente la desinformación, que "afecta absolutamente a todo el mundo,
incluidas las personas educadas".
Para Emanuele Capobianco, director de salud para la
Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja (IFRC), lejos de ayudar,
este intercambio de información no verificada tuvo un "impacto muy
negativo en la velocidad de reacción" de las sociedades frente a la
epidemia cuando "la velocidad es un factor crítico para contener una
epidemia".
Las plataformas, duramente criticadas, se ven obligadas a
actuar para romper la viralidad de la información falsa y a presentar
información procedente de fuentes autorizadas, como los centros de control de
enfermedades y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Google, fuente más consultada en el marco del coronavirus,
la información publicada proviene de la OMS.
Facebook se movilizó en varios frentes, como la valorización
de la información proporcionada por las fuentes competentes, la lucha contra la
propagación de contenidos nocivos (publicidad para los supuestos remedios, información
falsa) y el apoyo a los servicios de salud con fondos y herramientas
informáticas.
"El nivel de llamadas a través de WhatsApp y Messenger
se duplicó con respecto a lo habitual" en las zonas más afectadas por la
pandemia, señaló el miércoles Mark Zuckerberg, el presidente ejecutivo de la
red social.
Whatsapp, donde circulaban numerosos mensajes de
"investigadores" o de "personas en contacto con el
gobierno", anunció una subvención de 1 millón de dólares para apoyar a los
miembros de la IFCN.
Como las conversaciones son privadas, la mensajería a los 2.000 millones de usuarios constituye un gran desafío en esta lucha contra la desinformación. (I)