José Luis y Carolina convirtieron la adversidad en oportunidad y crearon Whispope

 “Muchas veces la necesidad te lleva a ser creativo”, dice José Luis Castagneto mientras se toma de las manos tratando de disimular su nerviosismo. Esta es la primera vez que lo entrevistan.

José tiene 33 años y es ingeniero en Marketing y Negociación. Su profesión siempre lo ha llevado a desenvolverse detrás de un escritorio, sin tanta exposición, pero a consecuencia de haberse quedado sin trabajo desde hace más de un año, comenzó con un emprendimiento que a más de llevarlo a mostrar sus dotes culinarios, lo ayuda a vencer su ‘pánico escénico’.  

“A mi esposa, Carolina (Sánchez), y a mí nos gusta cocinar y crear platos o bebidas diferentes, que salen de nuestra creatividad. Lo pusimos en práctica para la Navidad del 2018 cuando preparamos un rompope casero a base de whisky, sin huevo, para regalárselo a nuestros familiares. Recibimos comentarios tan buenos que rápidamente tuvimos la idea de venderlo y así empezamos con Whispope”, cuenta.

“Dicho de esta manera parecería que emprender fuera fácil, pero sacar adelante un negocio desde casa demanda mucho trabajo, paciencia y perseverancia”, así lo asegura José, quien cuenta que luego de concretar la idea pasó muchos desvelos y cientos de horas pegadas al computador diseñando las etiquetas, buscando proveedores, creando las cuentas de redes sociales y armando las publicaciones. Siempre con ayuda de su esposa, quien lo impulsó a comenzar con el emprendimiento.

 “Uno se vuelve pulpo, todólogo, generador de energía extra porque no hay mucho tiempo para el descanso. El trabajo es fuerte y los resultados, muchas veces, imperceptibles, pero uno no puede darse el lujo de bajar los brazos cuando la motivación es generar un ingreso para el hogar”, añade José.

Ahora, José y Carolina tienen dos líneas de productos con Whispope (@whispope.gye): rompopes de vainilla, menta, cereza y chocolate, y sangrías de autor a base de vinos tinto, blanco y rosé, champagne y licores de crema. Ya cuentan con cinco sabores con nombres muy peculiares: Original, Colorada, Caribeña, Nena y Blauw.

La pareja se dedica más de diez horas al día a su negocio. Todos los días arman su horario de trabajo con actividades que van desde lavar botellas y pegar logos hasta hacer las preparaciones y entregar los pedidos. Esto sin contar con los talleres y capacitaciones gratuitas que toman virtualmente para no descuidar su preparación profesional.

“A veces la ganancia del mes no pasa de los cincuenta dólares, eso desmotiva porque uno invierte mucho, no solo refiriéndome al dinero, sino al tiempo y esfuerzo, pero hay que sacudirse y seguir porque también hay meses buenos, mensajes de clientes agradecidos y felices con el producto, esas cosas dan aliento. Con esta experiencia he aprendido que la clave es convertir un momento difícil en oportunidad”, concluye José.

La cuenta de Instagram que se ha creado para recibir pedidos de la bebida artesanal es @whispope.gye. También, las personas pueden solicitar al número 0984571348. Se da cobertura a todo Guayaquil y además se realizan envíos a escala nacional. (I)