Jair Bolsonaro atribuyó la tragedia minera a estructuras de control excesivas e ineficientes

BRASIL/AFP

El presidente brasileño Jair Bolsonaro atribuyó este lunes la tragedia minera de Brumadinho, que dejó 134 muertos y 199 desaparecidos en el sudeste del país, a estructuras de control excesivas e ineficientes, tras años de "ideologización" de las cuestiones de medio ambiente.

"El Estado sobrepone decenas de estructuras de control, inhibe a quien quiere producir, pero no consiguió impedir la tragedia de Brumadinho", expuso el mandatario, que llegó al poder proponiendo un programa socialmente conservador y económicamente liberal.

La rotura el 25 de enero de un dique de la empresa Vale en Brumadinho, una ciudad de 39.000 habitantes en el estado de Minas Gerais, llevó a cuestionamientos sobre ese programa; pero Bolsonaro demostró que no estaba dispuesto a revisarlo, en una carta enviada al Congreso desde el Hospital donde convalece de una operación en el abdomen.

"No es con un Estado más pesado que vamos a resolver [la seguridad en los diques], sino con un Estado más eficiente", destacó.

"Con una carga tributaria disuasoria, medios logísticos insuficientes y una burocracia paralizante, se formó una combinación que -además de no proteger el medio ambiente- destruyó nuestra productividad y nuestra competitividad", agregó.

"El medio ambiente se convirtió en una bandera ideológica, perjudicial para quien produce y para quien preserva, que, diferentemente a lo que se pregona, son las mismas personas", sentenció.

Además del saldo provisorio de víctimas, el lodo mezclado con metales generó graves daños ambientales en el río Paraopeba y se teme que estos lleguen al San Francisco, de vital importancia para todo el nordeste.

Organizaciones ambientalistas y expertos en gestión de riesgos opinaron que la tragedia podría haberse evitado y que es consecuencia del descuido en los controles.

Bolsonaro ha sido siempre un duro crítico con el ritmo de atribución de licencias ambientales y la existencia de lo que denomina una "industria de la multa" de los organismos ambientales contra actividades madereras, mineras o agrícolas, cuyos lobbys le dieron un apoyo vital en su elección. (I)