Ecuador
Iván Vallejo: "La salud es el primer regalo que tenemos"
REDACCIÓN MUJER/GUAYAQUIL
Tenía solo 12 años cuando el montañista ambateño Iván Vallejo delineó su destino. Estaba en la clase de orientación cuando la maestra les pidió que hicieran un dibujo en el que representen su sueño más grande. Él se dibujó con los dos brazos levantados vistiendo una chompa y pantalones y botas gruesas, en la mano izquierda sosteniendo el piolet (artefacto para escalar en el hielo) y en la derecha la bandera del Ecuador. Un gorro de lana en la cabeza, unas barbas y detrás de él una montaña.
Al pie del dibujo escribió: “Cuando sea grande en la cumbre del Everest”. Así empezó el sueño del deportista, quien a sus 59 años de edad nos da una lección de disciplina, constancia, humildad y la importancia de cuidar la salud para alcanzar los sueños. Con ese dibujo se dirigió a casa para decirle a su madre lo que quería ser de grande, pero ella le dijo que debía estudiar una carrera en la universidad.
“Yo quería ser andinista y como no me llevaba bien con los números escogí estudiar ingeniería química. Pero mi sueño más grande era subir montañas”, revela Vallejo. En busca del sueño
Siendo adolescente se propuso como objetivo el llegar a la cima del Chimborazo. Contaba con cinco años para prepararse, pues quería lograrlo antes de ingresar a la universidad. Fue adquiriendo experiencia. El 15 de octubre de 1978, a la edad de 17 años, llegó a la cumbre del nevado más alto del país a 6.300 metros. “Ese evento certificó que estaba haciendo realidad mi sueño”.
Ingresó a estudiar su carrera en la Universidad Politécnica Nacional, pero siguió escalando montañas locales.
Trabajando como ingeniero químico quiso escalar fuera del país porque ya tenía los recursos económicos.
Se fue a Perú y Bolivia varias veces, luego a los Alpes suizos. En 1995 cumplió el gran sueño de visitar la cordillera del Himalaya para conocer el Everest, la montaña más alta del mundo.
Y fue entonces que se planteó subirlo, como máximo en el año 2000 y sin tanque de oxígeno.
El deportólogo Oscar Concha Zambrano fue su entrenador. El 9 de abril de 1999 estaba listo, y después de vivir 55 días a 6.400 metros en un campamento logró conquistar la cumbre del Everest a 8.848 metros. “Gracias a Dios tengo una muy buena salud, pero no de gratis sino porque me cuido, como bien, hago ejercicio, soy disciplinado y tengo claro que el mejor negocio en la salud es prevenir”. (I)