Hijos y nietos continúan con el legado en la radiodifusión

REDACCIÓN DIARIO SÚPER/GUAYAQUIL

Sienten que aunque sus antepasados son insuperables, ellos están haciendo las cosas bien. Llevan el amor y la pasión radial en las venas:

Radio Cristal

Radio Cristal es una tradición en los guayaquileños. El 24 de febrero de 1957, Carlos Armando Romero Rodas (CARR), quien antes había laborado en radio Ortiz, fundó la emisora más popular del pueblo, en un local, en la calle Machala, a pocas cuadras de donde está ahora (casa propia), en las calles Luque y José de Antepara.

Ricardo Arturo Romero Rivas, director de programación y publicidad, tomó la posta tras el fallecimiento de su hermano Julio Juan, y dejó en manos de su esposa e hija radio Cristal de Quito de la que estaba a cargo. Siendo así tres las generaciones.

“En un inicio fue difícil, por la falta de recursos económicos… CARR consiguió una especie de transmisor, que era un equipo de telegrafía que fue adaptado para que trabaje como radio en la frecuencia 870 AM, en Guayaquil, cuando inauguraron era invierno y cayó un torrencial aguacero, y debido a la falta de capacidad del equipo, a las dos horas de trabajo se dañó la señal… Luego con mucho esfuerzo, CARR consiguió un crédito para adquirir un equipo de 5 mil vatios”, precisó Ricardo Arturo, quien empezó a los 9 años contestando el teléfono y haciendo controles.

El eterno director, un hombre de pueblo, sabía las necesidades de su gente y lo que le gustaba, es por eso que la programación que creó fue un éxito y se mantiene y, además, los hijos decidieron seguir la filosofía que les dejó hace 15 años. (E)

Radio Sucre y Universal

La responsabilidad frente al micrófono y madrugar fueron las enseñanzas que don Olmedo Arroba les dejó a sus hijos. Vicente, dueño de radio Sucre, comenta que nació encima de un disco, ya que a sus 6 años era control de sonido en Universal, emisora que adquirió su padre por los años 50. Luego por los años 60, obtuvo radio Fabulosa Universal. “Aprendí todo… A los 30 años ‘toqué’ el micrófono por primera vez”, precisó.

Cuando enfermó don Olmedo, los hermanos llegaron a un acuerdo, y fue así que Vicente quedó al frente de Fabulosa, a la que le cambió el nombre a radio Tigre, pero él se visualizó más allá y consiguió radio Sucre, a la que su papá le alquilaba los transmisores.

No conforme con eso armó una cadena de emisoras y logró tener frecuencias en casi tosas las provincias. Sus hijos continúan el legado. “No lo hemos defraudado”, finalizó diciendo, y recordó que en su niñez hacía desbarajustes en las emisoras de su padre.

En tanto, de Universal ‘La mensajera de la paz’ o ‘La reina del Litoral’ quedaron a cargo, desde 1978 luego que don Olmedo enfermó de un aneurisma y quedó inconsciente, Adela y Jorge. Este último ligado al campo, de a poco ha incursionado en esta radio que apoya a los artistas y al agro.

Adela acotó que cuentan con noticias, música, deportes, programas cristianos, culturales y clasistas, y que esta emisora fue la primera en tener convenio con la escuela de Comunicación Social (ahora Facso) para que los estudiantes hicieran programas en vivo. (E)

Radio Atalaya e I99

Andrés, dueño de radio Atalaya, y Eduardo Mendoza Paladines, fundador de I99 (antes Impacto), son nietos de Voltaire Paladines Polo, radiodifusor y dirigente de Fedeguayas, que construyó el coliseo.

Andrés cuenta que su abuelito gustaba de la comunicación social y en 1945 fundó el Sistema de Emisoras Atalaya (antes radio Reloj). Tuvo una hija, Irene, quien trajo al mundo a Andrés, Eduardo y María Sol. Tras morir de cáncer, y dos años después fallecer su abuelito de pena y de la misma enfermedad, el papá de ellos Eustorgio Mendoza quedó a cargo.

Eduardo, quien de niño gustaba ir a las transmisiones en vivo y cargaba los cables, finalizó diciendo: “Difícil compararse con un hombre de esa magnitud (abuelito), pero creo que lo hemos hecho bien”. (E)