Publicidad

Ecuador

Hábiles artesanos ecuatorianos mantienen viva la tradición de la fabricación del sombrero de paja toquilla y la pasan de generación en generación

Published

on

Publicidad

"Tejer el sombrero es un arte que todo el mundo no tiene", así lo dice Erick Mera, un artesano de 17 años que desde los 9 años se dedica junto a un grupo de personas a elaborar el sombrero de paja toquilla en la comunidad de Pile, cantón Montecristi, en la provincia de Manabí. Es una tradición de la cultura ecuatoriana que se mantiene viva y los llena de orgullo, al ser reconocida como de los mejores sombreros del mundo.

La comunidad de Pile, ubicada a 30 kilómetros de la ciudad de Montecristi, cuenta con 1.500 moradores y el 60% de ellos se dedica a la artesanía. Este emblemático accesorio es elaborado por hábiles manos de ecuatorianos que pasan sus conocimientos de generación en generación.

María Espinel, de 60 años, se dedica a la creación de las prendas desde niña."De pequeña me gustó tejer, mis padres me enseñaron y aprendí y yo les enseñé a mis hijas, todas aprendieron a tejer. Yo hago seis sombreros al año. Sombreros hay en todas partes pero no igual al sombrero de aquí", dijo en un video publicado por la cuenta en Twitter de promoción turística Viaja Primero Ecuador.

Publicidad

El sombrero de paja toquilla es un orgullo ecuatoriano

Al igual que María, Santiago Ordóñez lleva años dedicado a la artesanía. "Yo he hecho miles de sombreros. Aquí sale el sombrero bueno, esta paja es delicadísima, el sombrero vale según el tejido", afirmó. La BBC reseña que las piezas pueden llegar a costar hasta 25 mil dólares. Más allá del valor económico, los fabricantes en la comunidad saben que mantienen viva su cultura a través de esta tradición.

(I)

Publicidad

Lo más leído

Exit mobile version