Ecuador
En el Día Mundial del Riñón dale más atención
REDACCIÓN DIARIO SÚPER/CARLOS GUADALUPE
La enfermedad renal crónica (ERC) se trata de un grupo de alteraciones en la estructura y función renal, que se manifiesta de acuerdo a la causa del problema y su gravedad.
Está asociada “a otras enfermedades crónicas como el síndrome metabólico, diabetes, hipertensión arterial y glomerulopatías”, explica el nefrólogo Enrique Castro. En nuestro país, de acuerdo a la guía del Ministerio de Salud en torno a este mal, “el 30% de los casos de ERC se debe a causas relacionadas a diabetes mellitus, el 25% a causas como hipertensión arterial y el 20 % a glomerulopatías”. Para el 2017, “con respecto a los datos proporcionados por la Sociedad Ecuatoriana de Nefrología (2017)… existen 13.000 pacientes en terapia renal sustitutiva, de los cuales 12.000 están en hemo diálisis”, señala el MSP.
Es por eso que la primera medida de prevención es referente al control de dichos factores de riesgo. También existen otras causas, como el hereditario o genético, alteraciones anatómicas, cáncer, tabaquismo, exceso de tóxicos como los fármacos, obstrucción de las vías urinarias, infecciones, ambiente laboral extremo (mucho calor, estrés, deshidratación, exposición a químicos, entre otros), obesidad, ingesta descontrolada de sal, entre los principales.
La enfermedad renal crónica es una de las enfermedades que más ha crecido en los últimos años, según cifras de la OMS.
En cuanto a la alimentación, el experto sostiene que la dieta a llevar dependerá de cada persona, de su índice de masa corporal, edad, actividad física, así como las condiciones de salud.
Es importante medir las porciones de proteína, y esa cantidad es diferente en cada caso… el médico será quien recomiende una dieta alta en proteínas (carne roja, pollo, pescado, huevos) o baja (pan, frutas, verduras y pasta)”, añadió Castro.
Lo que sí recomendó fue disminuir la ingesta de sal y de grasas, y realizar actividad física o ejercicios de manera regular. (I)
Consejos
Mantenerse en forma y activo; llevar un control regular de los niveles de glucosa en sangre; monitorear presión arterial, comer sano, controlar el peso, ingerir líquidos saludables, no fumar, no automedicarse, chequear la función renal regularmente si existe uno o más factores de alto riesgo.