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Ecuador

‘El género no condiciona el ofrecer una oportunidad laboral’, la reflexión de Gabriela Sommerfeld, CEO de Equair, en el Día de la Mujer

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REDACCIÓN / José Antonio Tumbaco

 

A pesar de la agitada vida que lleva y de que los flashes no dejen de apuntarle últimamente, Gabriela Sommerfeld se muestra muy natural y sin poses. Aun cuando este diálogo fue a través de una fría pantalla de computadora, la charla con una de las más reputadas empresarias quiteñas tuvo una calidez casi familiar.

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Precisamente esa calidez ha caracterizado su transitar profesional, desde que elaboró por primera vez un plan de Marketing para la recordada aerolínea Aerogal.

Su primera experiencia laboral y también su primer miedo a romper.

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Gabriela era madre de familia, tenía dos hijos, estaba estudiando en el Tecnológico de Monterrey una maestría y no tenía ni un minuto de experiencia laboral. Reconoce que era una ama de casa en medio de un gran número de empresarios. “Ya habíamos hecho algunos trabajos utilizando las empresas de mis compañeros y me tocaba buscar una propia.

Entonces pedí a mi papá que me facilitara el acceso a Aerogal para crearles un plan de Marketing y me fijé que habían muchas cosas por mejorar”, recuerda Gabriela, quien confiesa que ahí nació su gran apego por la industria de la aviación.

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La actual vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Quito sostiene que las personas no progresan cuando el miedo les invade. Foto: Cortesía.

Al frente de la nueva aerolínea ecuatoriana:

Gabriela es hoy CEO de Equair, pero considera que su base de conocimiento fue precisamente Aerogal. Primero acudía dos horas diarias, luego cuatro y seis hasta llegar a la jornada completa. Ella debía equilibrar su inmersión laboral con su rol de madre. “Fui asistente del asistente del presidente de la empresa”, señala Gabriela entre sonrisas.

Efectivamente empezó desde abajo, posteriormente se fue involucrando en el servicio al cliente y con el paso del tiempo se convirtió en gerenta de Marketing. Luego pasó a ser la presidenta ejecutiva de Aerogal, cargo que aceptó, pero sin dejar la gerencia departamental.

“Lo mío siempre fue el servicio al cliente, estar en el aeropuerto, resolver los problemas y dar la cara porque lo más importante en este tipo de negocios es el servicio”, recalca. Su experiencia en la industria aeronáutica le permitió consolidar su idea de equidad dentro de las empresas. “La oportunidad no se debe entregar por género sino que se la gana el hombre o la mujer que tiene la actitud y la aptitud correcta para llegar a un cargo, es decir, conocimiento y experiencia si se necesita”, enfatiza Gabriela.

La actual vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Quito sostiene que las personas no progresan cuando el miedo les invade y ella se toma como ejemplo. “En mi caso, lo primero que tuve que hacer a mis 30 años, fue romper mis propios miedos. Ese miedo que me tenía atada de manos y pies. Y claro también hay que capacitarse, sobre todo ahora que hay muchas formas mediante el internet”, señaló.

Algunos de los gustos de Gabriela Sommerfeld

Gabriela Sommerfeld se confiesa amante de pasar tiempo con la familia, gusta de viajar a lugares con mucha naturaleza y adora, cuando viaja a Guayaquil, comer cangrejos. Son su debilidad, lo reconoce. Aunque también lo son los chocolates.

También prefiere hablar de feminidad antes de feminismo. “Feminidad. Me gusta ser mujer, ser madre. Me gusta que me lancen piropos, no me siento ofendida. Es más, siempre converso con mi hija (tiene otros dos hijos) y amigas de mi hija y les digo que es lindo que un caballero les lance un piropo, pero sin faltar el respeto. Esa picardía, eso lindo de la expresión humana no se debe perder a causa del feminismo”, sostiene. Para la empresaria, la crianza de los hijos es clave porque en ella se fundamenta el respeto y el equilibrio en sus tareas como en su futura vida social. (I)

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