Ecuador
Esteros de Guayaquil amenazados por montones de mascarillas, guantes y colchones de personas muertas por COVID-19
La pandemia de COVID-19 además de sembrar muerte y recesión económica en todo el mundo, está causando daños ambientales por el manejo inadecuado de los desechos: mascarillas, caretas plásticas, jeringuillas, pruebas y hasta colchones usados por pacientes de coronavirus terminan en playas, ríos y humedales. Ecuador no escapa a esta realidad y una muestra de ello es el incremento de desperdicios en los esteros de Guayaquil desde el inicio de la pandemia en 2020, según denuncian trabajadores del servicio de recolección de basura.
La contaminación se extiende por el estero Salado de Guayaquil que bordea unos 80 mil kilómetros, dentro están el estero Las Ranas, con 2 kilómetros y conecta con el Puente de la A y el Cristo del Consuelo. El estero Mogollón que tiene 4 kilómetros, desde el Puente de la G y todo el suburbio de Guayaquil, reporta Teleamazonas.
Aves comen plásticos
La basura está llegando hasta la Isla Puná y afecta la alimentación de las especies. "Las aves se comen el plástico, hemos visto como las garzas comen dentro de ese festín de plástico, eso es lo lamentable", indicó Xavier Salgado, presidente de la organización no gubernamental Medio Ambiente Sustentable en declaraciones a Teleamazonas. Los desechos derivados por la pandemia demoran unos 450 años en biodegradarse, señala el ambientalista guayaquileño.
La isla Puná con unos 919 kilómetros cuadrados de de extensión, situada en el golfo de Guayaquil, alberga una importante diversidad de especies, pues se trata de la tercera isla más grande de Ecuador, después de las islas Isabela y Santa Cruz del archipiélago Galápagos. Los ambientalistas expresan su preocupación ante los efectos adversos para la vida silvestre y los seres humanos de esta afectación a los esteros de Guayaquil. Alberto, uno de los recolectores de basura que ha presenciado esta situación en los esteros de Guayaquil, comentó que han encontrado decenas de colchones que se presume fueron usados por personas que murieron por COVID-19. (I)