Deforestación no se detiene y podría aumentar con el inicio de la sequía

En medio de la crisis global del coronavirus, la deforestación de la Amazonía brasileña no se detiene. Las alertas registradas el mes pasado por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) crecieron un 29,9%. Este sería el segundo peor dato de los últimos cinco años, en los que fue destruida un área de casi 27 000 kilómetros cuadrados.

Solo en los primeros tres meses de 2020, la deforestación en la región amazónica aumentó un 51% con respecto al mismo periodo del año anterior. En total, fueron derribados 796 kilómetros cuadrados, un área que equivale al estado de Nueva York, en Estados Unidos.

La perspectiva es que este fenómeno aumente a partir de mayo, con el inicio del periodo de sequía. Esto significa que podrían repetirse los terribles incendios forestales, cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo el año pasado.

“Todo indica que sigue la escalada de la deforestación registrada en 2019, cuando las estadísticas superaron todos los récords de los años anteriores. Aquella dinámica no ha sido afectada en absoluto por la crisis del coronavirus, por el contrario, está aumentando dentro de las reservas protegidas”, señala Antônio Oviedo, ingeniero agrónomo e investigador del Instituto Socioambiental (ISA).

Según este experto, la falta de fiscalización se debe tanto a la pandemia como a los recortes de presupuesto impulsados por el Gobierno federal. Como consecuencia se ha disparado el número de invasiones.

“Desde 2019 registramos que la tendencia de la deforestación ilegal acompaña muy de cerca los discursos del actual Gobierno”, explica Oviedo. A finales del año pasado, el ISA publicó un estudio sobre esta correlación.

En él se demostró que, cuando el ministro de Medio Ambiente brasileño visitó una ciudad del Estado de Rondonia para decir que los agentes encargados de la fiscalización no destruirían los instrumentos usados por los madereros, o cuando el presidente Jair Bolsonaro hacía una conexión en directo desde sus redes sociales para apoyar la explotación económica de la Amazonía, los datos oficiales del INPE presentaron una escalada significativa de la deforestación ilegal.

Datos a tomar en cuenta:

• Las alertas en marzo crecieron un 29,9%.
• La deforestación aumentó un 51% durante el primer trimestre de 2020 con respecto al año anterior.
• La falta de fiscalización pondría en riesgo la selva. (I)