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Ecuador

Estas son las zonas mas afectadas en San Mateo por la contaminación del río Esmeraldas

Dos terneros murieron y otros diez fueron tratados tras beber agua contaminada en la Isla Victoria. En Cotopaxi, nueve terneros fallecieron y 120 reses fueron reubicadas. La crisis también afecta cultivos.

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En las comunidades de El Llano, Timbre, Cotopaxi y la Isla Victoria, ubicadas en la parroquia San Mateo de Esmeraldas, más de 800 personas enfrentan graves consecuencias por la contaminación del río Esmeraldas. Sin acceso a agua potable, los residentes dependen directamente del río para su abastecimiento, lo que los pone en riesgo de enfermedades. En Timbre, la comunidad Mina solo recibió una pequeña cantidad de agua de un tanquero, insuficiente para cubrir las necesidades de la población. Como resultado, varios habitantes presentaron síntomas de salud, como irritación en la piel y dolores de cabeza.

La situación en la Isla Victoria también es crítica. Los habitantes instalaron bombas a tres metros de profundidad para extraer agua, la misma que abastece a 165 cabezas de ganado. Sin embargo, el consumo de agua contaminada causó la muerte de dos terneros y afectó la salud de otros animales. La intervención médica, que incluyó antihistamínicos y sueros implicó un gasto de aproximadamente 2.000 dólares. Además, la producción de leche en la isla disminuyó un 50 % debido a la falta de agua adecuada.

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En la comunidad de Cotopaxi, en la parroquia Chinca, los efectos de la contaminación también son evidentes. Al menos nueve terneros murieron por beber agua del río, poniendo en peligro la producción ganadera. En la hacienda Flamingo, 120 reses fueron trasladadas a un estero más limpio, pero la situación sigue siendo preocupante. Además, 15 hectáreas de cultivos de cacao son afectadas por la escasez de agua limpia, aunque las lluvias recientes aliviaron parcialmente la situación.

La agricultura es vital para la economía de estas comunidades, donde se cultivan principalmente cacao, naranja y plátano. En total, la zona cuenta con 8.000 hectáreas de cultivos, y el 40 % de las 65 familias dependen de la producción agrícola. Los agricultores esperan que las lluvias sigan favoreciendo el crecimiento de sus cultivos para evitar pérdidas mayores.

Ante esta crisis, la falta de infraestructura básica como el acceso a agua potable resalta la vulnerabilidad de estas comunidades. La situación exige una respuesta urgente por parte de las autoridades locales y nacionales para mejorar las condiciones de vida y garantizar la salud y seguridad de los habitantes de la región. (I)

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